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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 13 de junio  de 2022
                               
 

Un ascensor para el aeropuerto

Han reformado y ampliado el aeropuerto de San Pablo, el descabellado aeropuerto que Rafael Moneo hizo para el 92, y han puesto algunas partes de dulce, como en la planta de Salidas los controles de seguridad del equipaje de mano y de las pertenencias que llevamos encima. Ahora se habla de llevar el tren de cercanías hasta el aeropuerto, con lo cual se evitarían las colas para tomar el autobús que trae a Sevilla y, ¿por qué no decirlo?, los eternos problemas con los taxis. Un tren hasta el aeropuerto es lo que tienes en Madrid cuando llegas en el Ave, después de recorrer más de un kilómetro desde donde te deja tu vagón hasta la salida. Un cercanías estaría muy bien, y aplaudo cuanto se haga a su favor. Pero hay algo que urge más que el tren al aeropuerto de San Pablo y es mucho más simple y menos costoso: un ascensor.

Sí, falta algo tan sencillo como un ascensor que una por dentro del edificio la zona de Llegadas con la de Salidas. Que tras la reforma y ampliación han quitado y no han vuelto a poner. Si estás en la zona de Llegadas y quieres pasar a la de Salidas, no tienes más remedio que salir del edificio y tomar una especie de montacargas grande bastante sucio que está en el exterior, al otro lado de la calzada de entrada de vehículos, en el largo corredor elevado que lleva a la actualmente desierta zona de aparcamientos de Salidas. Que no me explico cómo está cerrada desde las obras de ampliación y reforma; a la fuerza has de dejar el coche en sabe Dios qué planta de la zona de Llegadas, y aviarte como puedas para subir a la de Salidas.

La zona de Llegadas ha quedado muy amplia, con muchos locales de empresas de alquiler de coches, que son las grandes beneficiarias de los buenos aparcamientos. Pero aparte de que es como un departamento estanco, sin conexión interior con la planta superior de Salidas, no tienes ni donde tomar café. No hay una sola cafetería o bar de conveniencia en la zona de Llegadas y si quieres un refresco, o un simple botellín de agua y un bocadillo, lo más que encuentras es una máquina expendedora.

Y de asientos, poquitos. Si vas a esperar a alguien tienes muchas veces que hacerlo en pie, y más si la pizarra electrónica de vuelos de llegada pone el temible "Delayed", el habitual retraso, con una "hora estimada" que siempre esté calculada malamente, porque tarda más todavía en llegar. No encuentras donde sentarte, porque los pocos asientos que hay están siempre todos ocupados. No los he contado, pero no creo que haya más de veinte, sin exagerar. ¿Y por qué no ponen en Llegadas una cafetería, o al menos un lugar donde puedas tomarte sentado un refresco o una cerveza mientras esperas que llegue el vuelo de la persona que has ido a recoger? ¿Tan difícil es no tener a los que esperan a palo seco? ¿Es un olvido o es todavía provisionalidad de unas obras de ampliación que no han terminado? Y a pesar de las muchas reformas y ampliaciones, el aeropuerto de Sevilla sigue sin conocer el pasillo rodante. Todo esto que digo es menos costoso que hacer llegar el tren allí, porque es algo que ha faltado en la ampliación y reforma en curso: sentido común.

 

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