ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  19 de julio  de 2022
                               
 

Terrazas con taxímetro

Por ahí fuera por el extranjero se suele utilizar mucho en los restaurantes esta costumbre que ha llegado a España. Llamas para reservar una mesa, dices la hora y te aclaran que, como por ahí se come tan temprano, por ejemplo, te dicen que tienes sitio para la comida desde la una de la tarde hasta las dos y media. Porque a las dos y media tienen ya reservada la mesa para otro turno de unos que suelen comer más tarde. Son reservas con taxímetro, por así decirlo, en que te sientas y parece como si el metre bajara la bandera, como en los taxis, y empezara a correr el tiempo. Ahora en muchos lugares de España han impuesto esa moda en lo que se refiere a las terrazas, que te dan media hora para que te tomes un refresco y una tapa o ración, y hora y media si es que te vas a quedar a comer de menú, o sea, si lo vas a leer en el Código QR, que no sé cómo no lo han quitado ya en los restaurantes tras lo gordo de la pandemia y han vuelto a las cartas de papel de toda la vida, que las pueden hacer perfectamente de un solo uso con la impresora del ordenador, para que no sea un cartón mugriento que toquetea todo el mundo.

Como el público, como corderitos, acepta cuanto se le impone (Gobierno con los bilduetarras y destrucción de las instituciones del Estado incluidos), no he visto que haya protestado la gente en esas ciudades del resto de España donde han adoptado esta desagradable y poco hospitalaria costumbre que algunos hosteleros han implantado, para sacar el máximo rendimiento a las mesas de sus terrazas. Los que sí las hubieran deseado habrían sido los dueños de los viejos cafés, donde había tertulias habituales que con un cortado y una leche manchada echaban la tarde, sin gastarse nada más y teniéndolo todo siempre ocupado. Y nada hablo de cuando en Sevilla había cafeterías donde existían reuniones de señoras que solían ir todas las tardes de cháchara, comentario y cuchicheos y maledicencias, y que igualmente con un café y todo lo más un cruasán o una tostada con mantequilla y mermelada echaban la tarde, ocupando una mesa que no le producía nada más a la propiedad del establecimiento.

Ni tanto, ni tan calvo. Ni ocupar una mesa toda la tarde con un solo café, ni esto que ya han impuesto en muchas terrazas de otras ciudades de España, que tienes que estar tomándote tu cerveza como si estuvieras corriendo una etapa contra reloj del Tour de Francia, mirando la hora, cuánto te queda para que el camarero, como los árbitros en el fútbol, señale el final del encuentro. Menos mal que el presidente de los hosteleros, Antonio Luque, lo ha dejado bien claro: «En Sevilla no vamos a poner tiempo para consumir a ninguno de nuestros clientes, ni tampoco la asociación va a impulsar esta práctica en ningún caso. Cada empresario gestiona su negocio como considera oportuno, pero no podemos convertir en generalidad un caso aislado y anecdótico de unos cuantos bares que lo han hecho fuera de Andalucía». Aunque con estas calores y a ciertas horas del día, ¡cualquiera es el guapo que está no digo ya media hora, sino ni cinco minutos sentado en una terraza, aunque tenga microclima de pulverizadores de agua!

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio