ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  23 de noviembre  de 2022
                               
 

San Clemente

Haga la prueba con cualquier sevillano medio sabido (que nada digo de los iletrados) y se llevará la sorpresa. Pregúntele quién fue San Clemente y seguro que le contesta:"Sí, el hombre, el del día en que San Fernando conquistó Sevilla a los moros". Poco sabe Sevilla sobre San Clemente, que vivió a finales del siglo I y que como obispo de la Iglesia de Roma es tenido como cuarto Papa. Otros pueden que respondan a su pregunta así: "Sí, hombre, San Clemente es el del monasterio. ¿Sabe usted por qué se llama el convento así? Porque el día de San Clemente fue cuando San Fernando le ganó Sevilla a los moros. Eso fue en 1248, pero todavía tenemos memoria".

O no. Si seré iluso, que yo pensaba pedir que hoy, día de San Clemente, fuese declarado fiesta local, porque la efemérides bien lo merece. ¿No se dice que la debatida reja de Melilla es la frontera de la Unión Europea con África? Pues en el día de San Clemente de 1248 nos incorporó San Fernando a Europa, a la civilización cristiana, al signo de los tiempos que corrían en el continente. Si seré iluso, que yo iba a pedir fiesta local el día de San Clemente, que meteorológicamente suele ser uno de los más hermosos del secreto otoño sevillano, con una luz única propia de la estación. Pero si a San Fernando le han quitado hasta su fiesta del 30 de mayo para cambiarla por el Miércoles de Feria, ya me contará usted la cuenta que le iban a echar a San Clemente para declarar festivo su día.

El de hoy, por decirlo con palabra de moda, es un día "premium" de sevillanía. Un día que hay que ir a la Catedral para degustar el sabor antiguo de nuestro riquísimo patrimonio inmaterial. Hoy es el día de la procesión del Pendón y de la Espada. Quizá la única procesión en toda Sevilla que no lleva cangrejeros ni bulla delante de los pasos...que no existen. Si hay una Sevilla secreta, íntima, por la que parece que no ha pasado (ni debe pasar) el tiempo, es la de esta mañana en la Catedral, con los dos Cabildos, el Metropolitano y el de la ciudad, rindiendo culto al Rey Conquistador cuando se abre su urna y le entregan al alcalde la espada de San Fernando, la Lobera, la que ganó mil batallas, y le dan el pendón de la ciudad al concejal más joven, que es como la Mesa de Edad del Parlamento Andaluz, pero al revés.

Con el Pendón y la Espada, procesión por últimas naves, repique grande en la Giralda, la majestuosidad del órgano atronando el templo, el solemne paso lento de la Policía Municipal de gala sonando sobre el mármol, soldados del Arma de Ingenieros rindiendo honores a los restos del Rey que es su Patrón, el que rompió el puente de barcas con que la morisma atajaba el río de Sevilla, lleno de cruces en las velas blancas desde aquel día. Un día sevillano que muchos sevillanos desconocen, del que apenas saben que se abre la urna de San Fernando. Del mismo modo que Sevilla se abrió a Europa con la conquista fernandina del día de San Clemente.

 

 

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