No, no es el Gordo de Navidad, pero a efectos del Modo Vísperas del almanaque sevillano, es lo mismo. O incluso más socorrido. El Gordo cae siempre por ahí lejos, salvo el año del 2.704 de la estafa de Escámez en su lotería de La Europa, y este cae siempre en El Arenal. Me refiero al cartel de los toros. En la Muy Cartelista, Pregonera y Dual Ciudad de Sevilla, en materia taurina tenemos dos carteles: el que edita la Real Maestranza de Caballería, encargado cada año a un artista de renombre mundial, y los carteles del abono que cierra la Empresa Pagés y da a conocer don Ramón Valencia como en otro rito anual. Tenemos el cartel (el de la Real Maestranza) y los carteles (los del abono). El primero está hecho para que se impriman en su parte inferior los segundos y sean fijados en los sitios de costumbre y sirva, además, como emblema de la temporada para los cartones de los abonos, la ilustración de las localidades y los anuncios de promoción de la Fiesta.
Tengo que agradecer fervientemente a la Real Maestranza de Caballería que haya conseguido que en esta Sevilla donde una tradición es algo que se repite tres o cuatro años, servidor haya podido inventar una: la de poner como los trapos al cartel de la Real Maestranza, por inadecuado unas veces, por desconocedor de las claves de la Fiesta otras, por poco sevillano, o porque, en resumen, es la que llamo "mamarrachá" y que de año en año se supera, lo cual a veces es muy difícil.
Hoy se presenta el siempre polémico cartel de la temporada taurina de la Real Maestranza. Así que a partir del mediodía ya tenemos tema de discusión. Y yo tengo asegurado el artículo, lo cual es siempre de agradecer. Pero me parece que este año voy en desventaja. Porque en anteriores ocasiones el cartel-mamarrachá había sido encargado a artistas muy famosos y muy prestigiosos, pero absolutamente desconocidos en Sevilla salvo por cuatro especialistas en arte contemporáneo y en vanguardias. Pero este año el autor del cartel es muy conocido. Es el arquitecto británico Sir Norman Foster.
--¿El que se casó con Elena Ochoa?
¿Usted no ve por qué le digo que este año el autor es conocido hasta por los más alejados de las vanguardias del arte y de la arquitectura, aunque sea por esta circunstancia familiar? Menos derribar la Plaza del Duque, Foster ha hecho de todo. Durante las últimas cinco décadas ha diseñado planes urbanos, infraestructuras, aeropuertos, edificios cívicos y culturales, oficinas, viviendas privadas y mobiliario. Cansa leer sus obras completas: el aeropuerto de Pekín, el viaducto de Millau en Francia, la cúpula del Reichstag en Berlín, la torre Hearst en Nueva York, la sede europea de Bloomberg en Londres... ¡Qué sé yo la cantidad de obras! Foster es Premio Pritzker, como el Nobel de la Arquitectura, y premio Príncipe de Asturias. Y su Reina Isabel II lo nombró primero Sir y luego Lord Foster of Thames Bank. Pero le faltaba el cartel de los toros de Sevilla. Ojalá acierte. Aunque me rompa la tradición sobre el mamarracho en forma de cartel de la temporada taurina de la Real Maestranza.
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