Tuvimos de arzobispo en Sevilla a un santo varón que prohibió que en Semana Santa se cantaran saetas. Y, lo que son las cosas, de aquella prohibición pasamos a la Exaltación de la Saeta. Fue una iniciativa de la CEA: celebrar en la Catedral, por la Cuaresma, un solemne y grandioso acto, en el que los saeteros más famosos del momento dijeran sus cantes como reconocimiento a su valor religioso y artístico. Fueron años de gran éxito de aquella Exaltación de la Saeta. Pero como en Sevilla pasar suele, algo que se consideraba ya tradicional dejó de celebrarse, y durante más de diez años no hubo más exaltación de la saeta que las que se cantaban en los balcones por profesionales como Peregil, José de la Tomasa o El Sacri, fallecido ya el gran Manolo Mairena. Hasta que hace tres años se recuperó esta Exaltación con formato de pregón y en el Lope de Vega. Lo que recordará a muchos el viejo escenario del pregón antes del Teatro de la Maestranza, cuando ya habían derribado aquel San Fernando del que sacaron a hombros a Rodríguez Buzón.

En la impaciencia de las vísperas, la Exaltación de la Saeta es esta tarde, una semana antes del Miércoles de Ceniza. Digo como el tópico del "New York Times" con Lola Flores: no se la pierdan. Por dos razones: porque canta José el de la Tomasa, que cumple sus 50 años con el flamenco, y la glosa literaria la hace el poeta Joaquín Caro Romero, pregonero del año 2000, cuando que nos hizo recordar que la Virgen de la Esperanza es una Muchacha de San Gil que cada mes de abril cumple 18 años. Hay en Caro Romero un poeta popular de la Semana Santa de muy alta calidad. Ha hecho verdad a Manuel Machado: hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, aunque no sepa su autor. Coplas o himnos de hermandades. Todo el mundo en general sabe que "la Virgen de la Esperanza,/ entre Rosario y Sentencia,/ bajó del cielo a Sevilla/para hacerse Macarena". Pero pocos reconocen al inspiradísimo Joaquín Caro como autor de esos versos tan populares. Al contrario de lo que dijo el otro Machado, Sevilla no pide escaleras para subir a la Cruz. Sevilla tiene un ancho camino de arte para llegar a la Cruz de sus Cristos y a las lágrimas de sus Vírgenes con la oración de una saeta. Como se llamaba aquel decano programa de Carlos Schlatter, Chano Amador, José Manuel del Castillo y Manolo Toro en Radio Vida, tras su sintonía con la saeta de Manuel Centeno a la Cruz de Guía del Silencio: «"Saeta", revista hablada dedicada a la Semana Santa de Sevilla. Ya está en el aire nuestra Saeta radiofónica y, como de ella nos dijera Muñoz y Pabón, nuestra emisión será fiel reflejo de la interpretación que el pueblo de Sevilla hace de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Breve, sentida, popular y sonora como la saeta misma es esta revista que llega a tus oídos, como una ofrenda al Redentor y a Su Madre Santísima y un tributo a Sevilla, la ciudad que amando y llorando supo crear eso tan indefinible que es la cofradía." Pero escuchemos, que pronto la primera estará en La Campana..." Así que escuchemos a José de la Tomasa. Y a Caro Romero, que será, como todo lo suyo, "breve, sentido, popular y sonoro".

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