Dios sabe cuántas encuestas nos quedan por conocer de aquí al 28 de mayo, fecha de las elecciones municipales y autonómicas. Encuestas de intención de voto, de valoración de candidatos, de las que necesitan cocina y algunas hasta reparto a domicilio en plan amotillo del chaval del macutón grande amarillo de "Glovo". Pero hay otras encuestas que no son electorales, y que no están sujetas a las manipulaciones del CIS de Tezanos ni a la puntería de Michavilla, que clava los resultados. Con motivo del pasado Día de Andalucía, se ha dado a conocedor una encuesta no electoral, pero interesantísima. La ha realizado el Centro de Estudios Andaluces, un organismo que depende de la Consejería de Presidencia de la Junta, sobre la identidad de nuestra comunidad autónoma; concretamente sobre los símbolos de nuestra tierra, el himno, el escudo o la bandera.
Según esta encuesta sobre nuestros símbolos, la bandera sale muy bien parada. El 65,8 por ciento de los encuestados se sienten muy identificados con ella, y el 26,4, identificados. A pesar de su manoseo y utilización a lo largo de casi 40 años por cuenta de un partido que convirtió a nuestra tierra en su Régimen de votos cautivos y entramado de influencias, los andaluces identifican a la verde y blanca con la comunidad autónoma y no la vinculan a ningún partido político. En cuanto al escudo de Andalucía, tomado por Blas Infante del trimilenario de Cádiz, Hércules con sus leones, también lo aceptan los andaluces. El 54,9 por ciento está muy identificado y el 32,5 %, identificado. Algo así sucede con el himno, tan difícil de cantar por cierto, con el que el 57,7 por ciento se siente muy identificado y el 28,1, identificado.
Bandera, escudo, himno... Pero hay algo que me ha llamado más la atención en la encuesta del Centro de Estudios Andaluces: las cifras que identifican a nuestra tierra con su habla son muy superiores a las que se refieren a los símbolos oficiales. El estudio llama "acento" al habla andaluza, o sea, a las modalidades lingüísticas del español hablado en nuestra tierra, y ahí se superan todas las marcas de los símbolos de identidad. Entre "muy identificados" (72,8 %) e "identificados" (20,9 %) el 93,7 por ciento de los andaluces se sienten reflejados en "su acento", como dice el estudio, o sea, en nuestras hablas. Ante las críticas que pueda recibir nuestra manera de hablar, al 62% les causa enfado. A 7 de cada 10 andaluces les gusta que se hable con acento andaluz los medios de comunicación (75,6%) y también en vídeos y anuncios (72,9%). Cuando se habla mal de Andalucía en algún medio, el 59,1% siente tristeza. Es decir, que si la verdadera patria del hombre es la infancia, el andaluz encuentra su verdadera identidad autonómica en el habla. Ese acento andaluz que dio origen al español hablado en América, que el profesor Antonio Narbona valora científicamente cada sábado en ABC, que nos hace sentirnos orgullosos de nuestro ser y nos fastidia tanto cuando lo remedan en la TV o lo usan para que sea el que habla la gente bajuna en películas y series. No se olvide que ese acento tan nuestro era el habla de Juan Ramón y de García Lorca.
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