Aunque oficialmente no haya comenzado, es como si de hecho estuviéramos en campaña electoral para las municipales del 28 de mayo. Hace muchísimos meses que estamos en campaña electoral. Aquí siempre hay campaña electoral en marcha. Pero en esta ocasión esta virtual campaña electoral nos coge en plena Semana Santa, o viceversa. Quiere decir que los políticos de todas las tendencias se apresurarán a no perder ocasión de hacerse ver con el pueblo y de presidir toda cofradía donde les ofrezcan "emprestá" la vara dorada de hermano mayor. Que el político que va presidiendo esa cofradía pertenezca a un partido que niega todos los valores cristianos que la hermandad representa, de poco vale. La cuestión es figurar. Verá usted la cantidad de concejales de todos los grupos que van a acompañar al alcalde en la representación municipal de La Hiniesta el Domingo de Ramos.
Y nada digo del Santo Entierro Grande. Verá usted lo copiosa que va a ser la composición de la corporación municipal bajo mazas y lo mismo digo de la Diputación Provincial con sus maceros de luto. ¿Y las mañanas en los templos? Hay político que en los días de la Semana Santa dedica íntegramente las mañanas de su jornada de trabajo a visitar los templos de las cofradías que han de salir esa tarde, y a entregar a la Virgen de la hermandad el tradicional ramo de flores. Este año va a haber cola en las hermandades por las mañanas, esperando políticos para hacer ofrendas ante las imágenes y de paso prestarse para que los retraten en todos los "selfies" que quieran. Que esto del "selfie" con el político es algo muy del agrado de todo el que está allí en el templo por casualidad y ve que le llega el que conoce por los periódicos o por los informativos del Canal Sur: "Ésta es la mía".
La cuestión es doble, de ahí el éxito de la situación que describo. Les encanta a los políticos visitar cofradías por la mañana o presidirlas por la tarde, si hay ocasión, y les encanta a las hermandades que las fuerzas vivas acudan a su templo a cumplimentarlas. Poco importa que ese político al que tanto le sonríe y le hace la pelota el secretario segundo de la junta de la hermandad sea de un partido que defiende la eutanasia, el aborto, el cambio de sexo y todo aquello que choca con la doctrina de la Iglesia. La cuestión es presumir de recibir autoridades y vengan autoridades.
Y nada digo de las cofradías de los barrios, y especialmente de las nuevas de vísperas. Ahí es donde los políticos ven su filón electoral más mollar y facilón. En todo el año no aparecen por allí, como no sea para anunciar un plan que nunca se hará, pero el Viernes y el Sábado de Pasión bien que están hartándose de barrios, porque saben que allí hay un filón de votantes. Este espectáculo me parece cuanto menos incoherente. Si tanto le gusta esa cofradía a ese político, que se haga hermano y salga de nazareno. Pero como entonces iría con la cara tapada por el antifaz, pues no interesa, porque no habría lucimiento ni arrancaría votos.
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