ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  29 de abril  de 2023
                               
 

Muchachos de traje

Igual que aquel pícaro sinvergonzón para paraba en el Barbiana de la Plaza del Duque consiguió venderle a un cateto el tranvía de la Puerta Real, con la delincuencia que hay no sé cómo no se le ha ocurrido a ningún estafador venderles a los guiris y a los visitantes de fuera boletos de entrada a la Feria, convenciéndolos de que para poder entrar por la portada hay que pagar una localidad. En ese caso, en las falsas cédulas de invitación pondría lo que los cursis llaman "dress code"; o sea, como hay que ir vestido. Y diría esa invitación "fake": "Señoras, de flamenca; caballeros, traje azul oscuro".

Parece que lo pone en algún sitio, porque la que esta noche acaba con los fuegos artificiales ha sido la Feria de los muchachos con trajecito azul. Admirables. No crean que hemos visto así vestidos a los pijos de las casetas elitistas de los que están en el taco, sino a los chavales de las pandillas de las casetas más populares, viniendo de los barrios con sus trajes oscuros. Los mismos chavales de tatuaje en el brazo y pendiente en la oreja, del pelado casi al rape de todo el cuello, los que vemos ir con la camiseta del Sevilla a los partidos del Sánchez Pizjuán y con la del Betis al Benito Villamarín, los que todo el año andan con la sudadera y los zapatos deportivos, se han puesto para la Feria como antes iba todo el mundo de arreglado. De traje oscuro y corbata. Así los hemos visto llegar con sus pandillas de amigos, con las chicas vestidas de flamenca según la última moda, y así nos los hemos encontrado en las casetas o paseando por las calles.

¿Como en el Domingo de Ramos o el Jueves Santo? Pues si me apuran, y en número, hasta mejor ataviados. Parece que todos los chavales se han puesto de acuerdo este año para vestir de traje oscuro en la Feria, y de camisa y corbata, elegantísimos. Ya digo que el mérito lo encuentro en que en todo el resto del año no hay quien les ponga no digo ya un traje oscuro, sino una simple chaqueta de sport, y basta verlos cuando por la mañana van camino de su Facultad o del trabajo. ¿Cómo ha sido la coincidencia general, si nadie ha dado la orden de que la Feria vuelva a recuperar esa elegancia en el vestir de las grandes ocasiones que siempre tuvo? ¿Cómo se ha logrado la moda de esta vuelta a lo clásico, que sorprende a los visitantes? Los muchachos han ido como sus mayores en la noche del "pescaíto", así de bien vestidos. A muchas bodas van peor que este año los hemos visto por la Feria, no en mangas de camisa, a pesar de tanta calor. No sé si me equivoco si pienso que esos atuendos elegantes predisponen contra la botellona incontrolada en los alrededores del Real e incardinan a toda esta juventud en las invariantes tradicionales de la Feria, lejos de los uniformes de gamberro que se estilan en esas concentraciones de alcohol que gracias a Dios parece que van a menos.

Y para alegría de muchos padres clásicos sevillanos. Que al verlos marchar así arreglados para recoger a la chica con la que están saliendo, les han dicho: "Hijo, así es como tenías que ir vestido siempre, y no como acostumbras, que con los vaqueros rotos pareces un aparcacoches."

 

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