ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  1 de mayo  de 2023
                               
 

Dar la cara tras la Feria

Ea, pues ya está el toro cuadrado, como el del rabo histórico de Morante cuando el 26 de abril ocupó el pontificado del toreo según Sevilla, sede vacante desde la retirada de Curro Romero en La Algaba. Si hace 52 años que no se cortaba un rabo, el de Ruiz Miguel, hacía 23 que Sevilla andaba en busca de un torero para convertirlo en mito patriarcal y metropolitano. Digo que ya está el toro cuadrado y ya hay que entrar a matar porque ha pasado la Feria. Ya no hay excusa posible para todo aquello que no quisimos hacer desde el invierno y fuimos aplazando para después de Feria. Son miles los sevillanos a los que mañana, primer día laborable tras la Feria, se les acabó el cuento de pan y pimiento. Sí, los que tenían allá a finales de febrero o por marzo una obligación que cumplir, una roncha que repellar, una factura que pagar, un asunto que resolver y a quien se le requería le decía:

-- Eso es mejor que lo dejemos para después de Semana Santa.

Y pasó la Semana Santa, y pasaron los campanilleros de López Farfán, y cuando el requeriente se presentó por Pascua Florida ante el remolón para cumplir con lo prometido, le dijo:

-- Mire, con la Semana Santa hemos tenido mucho jaleo y no he podido hacértelo. ¿Por qué no lo dejamos mejor para cuando pase Feria?

Y ese día es mañana: cuando todo lo que estaba aplazado "para después de Feria" se presenta de golpe: cómo pasa el tiempo y cómo tienen arte los sevillanos para quitárselas de encima. Cuántas llamadas telefónicas se harán mañana diciendo: "Oye, que como me dijiste que dejábamos para cuando pasara Feria ese asunto que tenemos pendiente y ya ha pasado Feria, me dices cuándo voy por ahí y lo resolvemos ya de una vez, que esto lleva coleando casi desde comienzos de año".

Pero no se preocupen, que el sevillano remolón tiene salidas para todo. De las llamadas-tipo que acabo de reproducir, un altísimo porcentaje recibirán la siguiente respuesta: "Mira, es que con esto de las fiestas, entre la Semana Santa y la Feria, no he tenido todavía tiempo de arreglarte eso tal como te prometí. Pero descuida, que antes del Rocío lo dejamos todo zanjado y arreglado".

¡Qué magníficas excusas son las fiestas para no cumplir con lo debido! A los remolones, morosos, informales, flojos, remisos, malos pagadores, trampocos, vivalavirgen y demás ralea sevillanísima, ¡qué avío les dan las fiestas! La Semana Santa y Feria caían lejos todavía para tener que dar la cara, pagar, retratarse o arreglar el problema que al otro trae a mal traer. Las largas cambiadas que se han dado en las corridas de Feria han sido nada comparadas con las que estos tíos remolones vienen dando desde que comenzó el año. El sevillano no es serio con el cumplimiento de la palabra dada. Las palabras se las lleva el viento que hace dar vueltas al Giraldillo. Ya hay quien para cuando allá por el Rocío se le presente el de la factura pendiente porque ya pasó Feria, tiene preparada la excusa: "Antes de que nos vayamos de vacaciones te lo pago".

 

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