Lo digo al comienzo para que quede bien clarito. Este artículo, aunque trata sobre él, no es un peloteo indigno y lamentable a mi director, Alberto García Reyes, de lo mejorcito, más brillante y todo terreno que ha dado el periodismo de las hispalenses gacetas en los últimos años. Porque tengo que preguntar a mi querido compañero y director que dónde ha comprado su reloj, si en El Cronómetro, si en Casa Ramiro de la calle Monardes, o si lo ha pedido a Amazon. Tiene que ser un reloj único, que marca unos días muy especiales. Días de al menos 72 horas, jornadas de trabajo de 36, semanas de quince días. Porque, si no fuera por ese reloj, no sé cómo le daría tiempo a todo. Dirigir un periódico no es un huevo que se echa a freír, como decía el antiguo jefe de esta Casa, Nicolás Salas. Para dirigirlo hacen falta días de más de 24 horas. Jornadas continuas, que enlazan la mañana con la tarde y la noche con el amanecer, en la que todo cambia en un segundo y lo que era de portada hace 6 horas ya no sirve ni para la pagina 98, y lo digo por experiencia, porque antes que fraile fui cocinero de ese fogón perennemente encendido que es ABC. Y más ahora, que la edición en Internet ha logrado el cierre continuo del periódico. Ya no hay que coger, como antaño en la Redacción de Cardenal Ilundain, el último minuto para que los ejemplares de papel lleguen a hora para el autobús de Los Amarillos que va a Ronda. Ahora el autobús de Ronda sale de la portada de la edición web a cada minuto.
O sea, que esto de llevar el ABC le da a mi querido García Reyes un trabajo, si no fuera por ese reloj mágico que tiene, que le permite simultáneamente escribir unos bien plumeados y certeros artículos con llamada en portada, al hilo de la actualidad más caliente, aparte de su sección dominical "La madeja". Y no lo ha dejado su afición y saber por el flamenco y por los toros. Aparte de los actos organizados por la Casa que tiene que presidir y de aquellos otros que se celebran en Sevilla o en Madrid y a los que debe asistir en representación de estas Tres Letras. Y aparte de ello, su Curro, su Betis y su familia.
Bueno, pues por si todo esto fuera poco, el que fue antológico pregonero de Semana Santa en 2017 no deja de complacer al mundo de las cofradías o de las entidades culturales como conferenciante o pregonero. Leo que el sábado 20 de mayo disertará sobre San Fernando en la Catedral, en un acto presidido por el arzobispo Saiz Meneses. El discurso se titulará 'El Rey Santo', en los 775 años de la Reconquista y del regreso del culto cristiano a Sevilla. Admirado Alberto: a cambio de la descripción de tu capacidad de trabajo que he hecho, te hago un ruego. Pide en ese discurso, oficial y solemnemente, en la Catedral, ante la urna del Santo Rey, que el 30 de mayo, su día, vuelva a ser fiesta en Sevilla y nos dejemos de Miércoles de Feria. Aún no sabemos quién será el alcalde el 30 de mayo de 2023 y ya han anunciado los días de la próxima Feria de 2024 y su festivo, ¿no te fastidia? Querido García Reyes: pide en tu discurso fernandino que el Santo Rey y tu nazarena Virgen, "Váleme Señora," nos devuelvan el 30 de mayo como fiesta sevillanísima.
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