Otro comercio sevillano de toda la vida que cierra, después de languidecer en los últimos años. Otra tienda de las que pasaron de abuelos a nietos, mientras pudieron resistir la crisis del pequeño comercio que está arrasando tantos establecimientos históricos. Cierra Casa Pueyo, y en la radio de cretona de la memoria se oye la voz del anuncio en Radio Sevilla: "Casa Pueyo, Feria 2". Sí, frente a San Juan de la Palma y a la Casa de los Artistas, en cuya abandonada y desconchada fachada aún podía leerse la pintura añil que anunciara un día que allí estaba la escuela de baile de Pericet.
Casa Pueyo era tan sevillana que para meterse con las gafas de cataratas del Pali, le decían los amigos guasones que tenían confianza con él: "Paco, hijo, en Ulloa Óptico se han confundido, y a tus gafas en vez de cristales les han puesto dos culos de vasos de Casa Pueyo". Una casa que cierra la cuarta generación de una familia que llevaba en Sevilla 120 años, desde que el bisabuelo, Leandro del Pueyo, llegó de la Sierra de Cameros en La Rioja, como tantos otros comerciantes que vinieron de La Montaña o de Salamanca.
Casa Pueyo tuvo, como Catunambú, como tantas grandes cadenas de marcas comerciales desaparecidas, un rosario de establecimientos por toda Sevilla. Aparte de la calle Feria, tenía otra gran tienda en la calle San Pablo, con lineales por las que te perdías entre tantas lámparas, vajillas, muebles de terraza, vasos, platos, cuadros, material eléctrico, menaje de cocina y productos para la hostelería. Y otra tienda más en la calle O´Donnell, especializada en listas de boda. Todo el negocio empezó con el primitivo inmigrante Pueyo que vino de la Sierra de Cameros y que puso una fábrica de molduras para cuadros y marcos para espejos. Aún conservan una fotografía de todo el personal, con los datos iniciales del negocio: "La Camerana. Pueyo y Compañía. Fábrica de lunas con máquinas de biselar. Fábrica de molduras, cuadros y espejos. Fabricación especial de espejos Venecia y de tocador. Almacenes de cromos y cristal plano. Fábricas: Torneo, 29 al 31. Despacho: Plaza de Villasís, 7 y Orfila, 12». Esta fábrica estuvo muy ligada con Triana, en la expansión de la empresa, que tuvo establecimientos también en el Cerro del Águila y en Marqués de Pickman. Ya cerraron hace tiempo la tienda de Feria, la de San Pablo, todas. Sólo quedó el Cash Pueyo de la Carretera Amarilla, que es el que ahora cierra y han liquidado. -
Uno tras otro, los comercios tradicionales sevillanos van cerrando. Es el signo de los tiempos. No hay reservas para aguantar pérdidas ni márgenes de beneficios suficientes como para que los comerciantes tradicionales puedan resistir el embate de los nuevos usos. El comercio tradicional, sobre todo el del centro, no puede resistir a las nuevas condiciones sociológicas del mercado: a las grandes superficies con aparcamientos cómodos y seguros, ni a las ventas por Amazon y por Internet, ni a Ikea. Esto es lo que hay. Levantemos un antiguo vaso de vidrio cargado de nostalgia en memoria de Casa Pueyo y en honor de los últimos resistentes de la familia que con tanto dolor ha tenido que cerrar el negocio.
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