Hasta ahora solamente a los artistas, los toreros, los futbolistas o los famosos les ocurría esto de que se les conociera por el solo nombre, sin necesidad de apellido: Rogelio, Curro, Pepe Luis, Juanita, Rocío, Cayetana... Pero empieza a ser normal de que pase igual con los políticos. Es más: parece que a muchos les gusta más que se les cite por el nombre más que por el apellido. La costumbre empezó en la Transición, y más concretamente tras la mayoría absoluta del PSOE en 1982. No hacía falta decir el apellido de Felipe o de Alfonso. Porque antes no estaba muy claro que te referías a Suárez si hablabas de Adolfo. Sólo entre militantes o encarnetados colocados en la UCD estaba claro que Adolfo era quien después creó el Rey como Duque de Suárez.
En Sevilla nunca cuajó esa forma de llamar a los políticos. Yo creo que ni tras la guerra, cuando los falangistas eran muy dados a hablar de tú y de "camarada" a todo el mundo, hubo ningún nombre señalado que fuese reconocido. Por ejemplo, sólo los muy del Régimen llamaban Pepe a don José Utrera Molina. Todo lo contrario que luego, ya en la autonomía, ocurrió con José Rodríguez de la Borbolla, que para la gente era "Pepote", cuando sus verdaderamente íntimos no lo llamaban así, sino Pepe a secas en todo caso. No hubo en la Alcaldía nadie conocido por su nombre de pila, ni antes ni después de la democracia. Nadie llamó por su nombre de pila, Juan a secas, al alcalde Juan Fernández. Ni Manuel del Valle fue "Manolito" más que para las críticas a su gestión. Y Uruñuela fue, en todo caso, "don Luis".
Por eso me sorprendió bastante que desde que empezaron a hablar de él como candidato del PP para arrebatar la Junta a los cerca de cuarenta años de Régimen clientelar del PSOE, todo el mundo lo nombrara como Juanma. No Juan Manuel o Moreno Bonilla, no: Juanma. Y no era falta de respeto, sino familiaridad, cercanía...y confianza en que podía ser el gestor del cambio de modelo de administración de la autonomía. A mí no me parecía seria esa forma de llamar a todo un señor candidato, pero, ya lo han visto: hasta después de ganar con mayoría absoluta sigue siendo Juanma. Y que sea por muchos años.
Esto debe de ser algo muy de Málaga. Porque todavía más que lo de Juanma en su día me ha sorprendido ahora lo de Francisco de la Torre, actual alcalde y promotor del gran cambio para mejor que ha experimentado Málaga, donde, para nuestra envidia y la vergüenza de los responsables de aquí, ya tienen un Metro que llega hasta el mismo centro de la ciudad. A Francisco de la Torre, que ha gobernado con mayoría absoluta en sus tres primeros mandatos, le llaman "Paco" en Málaga, y todo el mundo sabe quién es. El mismo se llama Paco, y la campaña para un cuarto mandato, a sus 80 años, la ha hecho con el lema "Con Paco gana Málaga". Aquí en Sevilla eso sería impensable. ¿Se imaginan un "con José Luis gana Sevilla"? Se creerían que más que Sanz es la cafetería de la Plaza de Cuba. ¿Y un "con Antonio gana Sevilla"? Se creerían que era Antonio el Bailarín, para que hicieran de una vez su museo...
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