ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  2 de junio  de 2023
                               
 

Anti-tabaco en la Fábrica de Tabacos

Se dan situaciones verdaderamente paradójicas, y en el Rectorado de la Universidad ha ocurrido una de ellas. En lo que fue desde 1758 el edificio de la gran Fábrica de Tabacos está instalada la Universidad desde 1956, trasladada desde el desamortizado edificio de los Jesuitas en la calle Laraña. Las naves donde pintó Gonzalo Bilbao su antológico cuadro de las cigarreras fueron transformadas en sede universitaria por los arquitectos Balbontín de Orta, Delgado Roig y Toro Buiza. Se instalaron allí las pocas Facultades que entonces había: Derecho, Filosofìa y Letras y Ciencias (Medicina quedaba en la Macarena, junto al Hospital de las Cinco Llagas). Y en la parte central del edificio, la de la portada principal que remata la escultura de la Fama, las dependencias del Rectorado. Fueron los años en que El Pali cantaba que "ya no pasan cigarreras por la calle San Fernando". Los años en que la cofradía de Cristo atado a la columna y la Virgen de la Victoria fue trasladada a la capilla de la nueva fábrica que Tabacalera había inaugurado en Los Remedios, pasando a la capilla de la Universidad la Cofradía de los Estudiantes, hasta entonces en la universitaria iglesia de la Anunciación de la calle Laraña, donde ahora tiene su sede canónica la Hermandad del Valle.

En el Paraninfo del Rectorado, en la vieja Fábrica de Tabacos de las cigarreras, se ha celebrado un acto a la par simbólico y paradójico: la Universidad de Sevilla ha declarado diez de sus centros docentes como espacios libres de humo, en su lucha contra el tabaco. Son el Pabellón de Uruguay, la Facultad de Ciencias de la Educación, la Facultad de Medicina, La Facultad de Farmacia, la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología, la Facultad de Económicas y Empresariales, la Facultad de Comunicación, la Facultad de Física, la Escuela Superior de Ingeniería Informática y la Facultad de Bellas Artes. Me imagino que también estarán incluidas en la lista las oficinas centrales del Rectorado, desde donde se ha propiciado esta medida con la que la Universidad pretende reducir a la mitad el número de estudiantes fumadores. Y ahí viene la paradoja. La producción de tabaco, que fue una fuente de riqueza y de empleo para Sevilla desde el descubrimiento de América y del trianero que dicen que fue el primero que trajo un cigarro encendido, es ahora objeto de prohibición para bien de salud y como prevención segura contra el cáncer. Jesús Maza Burgos, presidente de la Junta Provincial de la Asociación contra el Cáncer de Sevilla, afirmó en el acto anti-tabaco de la Universidad que «cada 11 minutos muere una persona en España por causa del tabaco», por lo que se considera de primera necesidad lograr el objetivo de que en el 2030 sea la primera generación que no conozca el tabaco.

Visto desde una perspectiva histórica, de haberse aplicado antes estas normas en el edificio de la Fábrica de Tabacos, sin cigarreras, Merimée no hubiera podido escribir "Carmen", ni existiría la ópera de Bizet que tanto ha universalizado a Sevilla. Carmen hoy no existiría. Ya no pasan cigarreras por la calle San Fernando. Ni por ninguna parte. Para bien de la salud de todos.

 

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