ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  26 de junio  de 2023
                               
 

Sánchez no se quedará sin Marismillas

La suerte está echada y los nombres de los españoles elegidos para formar parte de las mesas electorales del 23-J ya han salido del sistema informático que sustituye a la insaculación: "poner en un saco, urna u otro recipiente papeletas o bolas con números o con nombres de personas o cosas, para un sorteo" Aunque suene a insolación gorda o a enfermedad rara, la insaculación del sorteo de los componentes de mesas habrá dado el disgusto del siglo a aquellos a los que les ha tocado la china y les han partido las vacaciones por el eje, salvo que tuvieran el crucero o la reserva del hotel hecha con anterioridad a la convocatoria de estas elecciones de verano. De "Verano Azul" con protesta y petición de TVE para que el PP retire el lema, sin muerte de Chanquete. Que hay que ver las meteduras de pata del PP en plena campaña, algunas de libro, como esta de inventarse en pleno Madrid una playa de plató, más falsa que las monedas de 4 euros, como escenario para una filmación propagandística, con lo largo que es el litoral español para no nos engañen con arena falsa y sombrillas de propaganda, sólo faltaba el balón de Nivea.

Sabemos ya los que se van a quedar con vacaciones partidas por culpa de unas elecciones generales que parecen el estribillo de una vieja canción del verano del difunto Georgie Dann: "Elecciones de verano/para usted,/elecciones de verano del PP,/elecciones de la izquierda/son también/y la encuesta que las pierda/CIS no es./ Para eso está Tezanos,/ ay, qué bien,/para echarles una mano..."

Sabemos los que se van a tener vacaciones partidas, pero lo que no me cabe en la cabeza es que por el 23-J deje Sánchez de veranear unos días al menos en Doñana a costa de los contribuyentes. Antes o después del 23-J. Hasta que tome posesión el que haya ganado la investidura de presidente, sea él o sea Feijóo, Sánchez preside el Gobierno en funciones. Y me imagino que esos días serán los que aproveche para disfrutar de sus habituales vacaciones en el palacio de las Marismillas de Doñana, al que le ha cogido el gusto. Las Marismillas son el Pazo de Meirás de Sánchez y no creo yo que renuncie a estar allí su temporada de gañote, haya ganado o perdido las elecciones, pero no las vacaciones. Miren, con lo que nos cuesta, mejor que lo aproveche alguien.

El gasto dedicado a las visitas institucionales en la finca de Las Marismillas, un vergel en plena sequía del Parque Nacional de Doñana, ha crecido bajo el mandato de Sánchez hasta superar los 2,5 millones de euros. A González le gustaba Doñana, e ir a ver a su amigo el viejo pescador El Pato, pero Sánchez le echa la pata. Cuando iba González, decían en Matalascañas que no había mosquitos porque los fumigaban. Lo de Sánchez es mejor: el Gobierno instaló 55 mosquiteras en el palacio donde Sánchez pasa sus vacaciones con sus amiguetes. Así que no creo que, gane o pierda las elecciones, antes o después, renuncie al veraneo en las Marismillas. Para él, como el anuncio de Kodak, "vacaciones sin Doñana son vacaciones (o elecciones) perdidas".

 

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