ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  30 de junio  de 2023
                               
 

La nieta de Don Cecilio de Triana

Gran señora, gran trabajadora, gran actriz, gran cantante, no se comprende a Carmen Sevilla, a Carmen García Galisteo, sin la ciudad que llevó como nombre artístico por todo el mundo. Hizo cine con los grandes, de Vittorio de Sica a Bardem, y grabó preciosas canciones sin que la estampillaran nunca de "folklórica". Pero no se comprende a Carmen Sevilla sin la sangre artística familiar de su tierra que corría por sus venas. Tenía a gala ser nieta del gran periodista satírico sevillano del primer tercio del siglo XX: José García Rufino, al que nadie conocía por su nombre, sino como "Don Cecilio de Triana", título de su revista humorística, daba unos repasos importantes a los políticos locales de la época y que mantuvo desde 1899 a 1921. Tenía Don Cecilio algo importantísimo para un escritor: lectores. Los que leían su revista "Don Cecilio de Triana" eran los que seguían en "El Noticiero Sevillano" sus versos satíricos de actualidad en los que nada se escapaba a su sarcasmo y su mordaz crítica, en la sección "Coplas de Ciego". Se cuenta que Don Cecilio llevaba siempre unas gafas de repuesto, por si se las partían los que lo agredían por lo que había escrito sobre ellos. Si no es verdad, es una aproximación al personaje, un tanto olvidado hasta que en 2010 el profesor José Vallecillo le dedicó su estudio «Don Cecilio de Triana y las fiestas de Sevilla». -

Cariñosa y educadísima siempre, Carmen Sevilla me honraba con la memoria del arte familiar. Siempre que coincidíamos me decía delicadamente:

-- Lo que escribes me recuerda mucho a mi abuelo.

Carmen honraba la memoria de su abuelo y se emocionaba con la de su padre: Antonio García Padilla, un poeta popular sevillano que fue quien animó a su amigo y colega de versos Rafael de León a escribir letras de canciones, con quien firmó el "Manolo Reyes" que Vallejo metió por bulerías para el gran éxito de la radio anterior a la guerra civil. García Padilla firmó con el pseudónimo de "Kola" las letras de cientos de canciones que todos nos sabemos: el "Cortijo de los Mimbrales" que hizo famoso El Príncipe Gitano; el "Triana, Triana" que Imperio Argentina canta con tanta delicadeza en "Carmen la de Triana". García Padilla colaboró con los mejores músicos del género, con Quiroga, con Mostazo. Hay una canción de García Padilla que nuestra Carmen García Galisteo (también de la familia torera de los Galisteo) cantaba como nadie: "Coplas, coplas de mi España,/ ganas me dan de llorar..." Cuando la cantaba, Carmen Sevilla lloraba de verdad. Porque sabía que esa letra la escribió su padre y que todo su arte y su estilo los debía a esa familia de artistas que nos dio a tan gran señora de la canción, el cine y la TV. Carmen no fue sevillana: fue sevillanísima. De rama. Y es curioso que con el pseudónimo del abuelo no se pusiera Carmen Triana de nombre artístico. Ya había muchas cantantes con el nombre del arrabal: Imperio, Gracia, Marifé. Más que Sevilla, Carmen era de Heliópolis, hija de los primeros pobladores de los Hotelitos del Guadalquivir una vez terminada la Exposición Iberoamericana de 1929. Por allí por Heliópolis, su barrio, debe dedicársele la calle que con toda justicia quiere ponerle el alcalde Sanz.

 

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