ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  15 de julio  de 2023
                               
 

El legado centenario del 29

Con lo que nos gusta una conmemoración, ya piensan en celebrar el centenario de la Exposición Iberoamericana de 1929. ¿A que hay procesión extraordinaria, cartel y pregón? Pero: ¿qué queda del conjunto de la Exposición, aparte de la expansión de la ciudad hacia el Sur que supuso? Ya vieron las máquinas derribando lo que fue el Restaurante La Raza, desvalijado tras su cierre, al no prolongar su alquiler el Ayuntamiento. Y daba pena. ¿Esa es la forma con que vamos a celebrar el centenario de la Exposición, derribando sus restos? La Raza era uno de los pabellones de la Exposición. He leído dos teorías: una, que era el pabellón de información, en la entrada al recinto por la Glorieta de San Diego; y otra, que la sede propia del diario "La Razón" de Buenos Aires. Sea cual fuere el uso que el pabellón ya casi centenario tuviera, es una lástima su derribo. Como otra lástima, frente, en la misma avenida, es el Pabellón Citroën, también cerrado por extinción del contrato municipal. Un día nos despertaremos leyendo que le ha ocurrido como a La Raza, que lo han desvalijado como en su día hicieron con el Hospital Militar. O como al refinado Casino de la Exposición, que fue el Pabellón de Sevilla en 1929 y hemos visto que ha sido tomado por una modalidad de okupas que desconocíamos hasta ahora: el "okupa carterista". Aquí hasta nos estamos inventando fórmulas de agresión contra la propiedad privada que ni en el Raval barcelonés, ante el abandono municipal de su patrimonio.

¿Qué se mantiene de la Exposición del 29? La Palmera, mejor que no la miren: la han convertido en el Paseo del Mamotreto, derribando gran parte de la arquitectura del regionalismo que se construyó para 1929 y levantando cada caja de zapatos, que al lado de ellas el edificio de la antigua FNAC en la Avenida es un monumento del neomudéjar. Habría que elaborar con motivo de ese centenario (donde habrá ya alguien buscándose el puesto y el sueldo de comisario) un censo de cuanto se destruyó del 29, para que se nos cayera la cara de vergüenza. En la Expo del 92 hubo pabellones efímeros y se sabía que iban a ser demolidos una vez pasado el certamen. Pero en el 29 hubo una voluntad de permanencia de los valores de Sevilla y de la arquitectura de los "pueblos hermanos" iberoamericanos, como cantaba el himno con letra de los Alvarez Quintero y música del Maestro Alonso que rescató el gaditano coro de Julio Pardo.

¿Y la rotunda Plaza de España, admiración del mundo y objetivo continuo de vandalismo y destrucción, por mucho que se restaure? Como suele ocurrir, sólo la parte ocupada por el Ejército como cabecera de la Jefatura de la Fuerza Terrestre está cuidada, conservada y mantenida como los chorros del oro. Le pasa como al antiguo Hotel Eritaña, actual sede de la Guardia Civil. Los militares o los consulados extranjeros cuidan el legado de la Expo mejor que los sevillanos: ahí tienen el modélico Pabellón de Portugal o el de Colombia, una vez que los americanos abandonaron el suyo. Sobre todo lo demás, se cebó la piqueta. Lo de La Raza o lo del Casino de la Exposición son sólo dos significativos ejemplos de la riqueza de la Exposición que Sevilla abandonó, empezando por no dejar piedra sobre piedra del interesantísimo Stadium.

 

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