Barajas, mal
endémico nacional
A lo regeneracionista y a lo
Lucas Mallada, yo creía que en este 98 los males de la Patria eran, a saber: la droga, el
paro, el sida, los GAL, algunos jueces, Javier Clamente y esa inseguridad ciudadana que
mata a los turistas, ora en ametrallamientos de hostales en la capital, ora en
apuñalamientos callejeros en provincias. Pero, como siempre, estaba completamente
equivocado. Se me había olvidado el mayor de los desastres de la Patria: Barajas. Su
director (porque, aunque parezca increíble, Barajas tiene un director), José Sedano, ha
dicho que Barajas es "un mal endémico". Vamos, como el bocio en Las Hurdes o la
silicosis en la minería asturiana, el mal endémico de Madrid se llama Barajas.
Lo más bonito de todo es que
aquí estamos cumpliendo perfectamente todos los criterios de convergencia europeos
habidos y por haber, pero aeroportuariamente no estamos en Maastricht, sino en Tombuctú.
Como antiguamente de ministro de Información y Turismo, Fraga organizaba por estas fechas
el Sorteo del Turista en la Lotería Nacional, ahora Arias Salgado organiza en Barajas el
sorteo del vuelo y de la maleta. No sé cómo los ludópatas del bingo no han descubierto
Barajas, que es mucho mejor que el Canoe. Las Apuestas del Estado están perdiendo un
dinero muy curioso, porque ahora que no hay carreras en La Zarzuela (más que el carrerón
de Marichalar), podrían organizarse triples y gemelas con el bombo de Iberia:
"¿Qué te pones a que tu avión sale por lo menos tres horas más tarde y que la
maleta, como muy cerca, te la mandan a México D. F.?" Considerado mal endémico
nacional de nuestro irredento tercermundismo con un barniz de Unión Europea por lo alto,
urge, pues, un Plan Nacional contra Barajas, como existe el Plan Nacional contra la Droga
o el Plan Nacional contra el Sida. El problema no lo puede arreglar ni la AENA ni Fomento.
Esto es tan grave que es ya cosa de Heraclio Fournier, que es el único que en España ha
sabido organizar siempre la cosa de barajas.
José María García,
otro desastre nacional
Se ve que Aznar oye poco la
SER, y así le va. Está completamente descaminado cuando dice que si se cae una teja en
la Gran Vía de Bilbao, la culpa es de Mayor Oreja. Si Aznar oyera la SER, sabría que eso
es un infundio. Si se cae una teja en Bilbao la culpa es de José María García,
faltaría más. García, por ejemplo, es el culpable de que hayan apeado a España del
Mundial. Y al igual que Paraguay y Nigeria pusieron a España en su sitio, la SER pone a
García en el suyo, y lo que te rondaré, Morena. ¿Usted ha visto el desastre del tenis
español en Wimbledon, no? Cosa de García. ¿Lo de mi Betis en la Copa del Rey? Cosa de
García. ¿Las pateras del Estrecho donde esta semana han muerto siete marroquíes?
Obviamente, culpa de García, que no ha hecho una campaña para la inclusión de la patera
como especialidad náutica. La culpa de que los marroquíes estén ahogándose en las
costas de Tarifa y no ganando copas en el Club Náutico de Palma es cosa de García, como
ustedes comprenderán.
Por eso me parece muy bien que
con motivo de la última oleada del Estudio General de Medios, las cosas hayan quedado en
su sitio. Como ustedes bien saben, la maratón de Nueva York no se celebra para que vaya
allí Pedro Pacheco el de Jerez a hacer el ridículo en calzones blancos, no. La maratón
de Nueva York se celebra sólo para poder hacer una foto que ponga a García en su sitio,
en plan Nigeria y Paraguay. Según el último EGM manejado por el imperio imperial, a
José María García lo oyen cuatro gatos, a saber: Montse su mujer, Alfredo su cuñado,
Curro Romero, que es medio compadre suyo, Pepín Cabrales, que trabaja con él, y pare
usted de contar... Ah, sí, Picoco creo que también lo oye. García podrá contar con el
Faraón de Camas, pero las pirámides de Egipto son de Iñaki Gabilondo y lo que te
rondaré, Morena. Y es lo que yo he dicho siempre: desde lo alto de estas pirámides,
cuarenta siglos contemplan las manipulaciones del imperio imperial, porque es sabido que
Napoleón perdió en Waterloo por culpa de García.
El
"Mienmano" de Diana de Gales
Nombre, Charles Spencer;
profesión, su hermana... Así que el mocito cogió, se subió al púlpito cuando el piano
de Elton John en los 40 principales de la abadía de Westminster, y se puso a largar
contra la Familia Real británica. Como antes largó contra la Prensa, cuervos, que sois
todos unos cuervos. Y hete aquí que al cabo de un año no hay más cuervo en torno a Lady
Di que Earl Charles Spencer, en cuyo árbol genealógico habría que investigar, porque
este tío debe de tener unas raíces hispánicas de mucho cuidado. Earl Charles ha
convertido la sepultura de Diana en algo tan español como la tumba de Lola Flores, como
el mausoleo de Joselito el Gallo o de Manolete, como el Valle de los Caídos. Porque ha
confesado que anda cortito de dinero, que, si no, este tío organiza por su cuenta un
monasterio del Escorial en Althorp, Armada Invencible incluida, porque eso era lo que le
pedía el cuerpo y eso era lo que le aconsejaban las previsiones del sector turístico.
Utilizar un lugar funerario como atracción turística no puede ser más español. Los
maniquíes con los vestidos de Diana me recuerdan aquellas barracas de las antiguas ferias
españolas, con figuras de cera que representaban la cogida y muerte de Granero o a
Gallito de cuerpo presente en la enfermería de la plaza de Talavera.
Y siendo todo esto tan
hispánico, nada tan español como la propia figura del hermano sinvergonzón y
aprovechado que vive a coste del apellido. Ni Corte de San Jaime ni Monarquía británica
ni nada, ¿no les suena a España esto de que un hermano viva a costa de su hermana? Y
criticaban aquí al pobre Jaime de Mora porque se permitía recordar de vez en cuando que
era hermano de Fabiola de Bélgica... Lo que ha puesto Charles Spencer en Althorp es la
versión inglesa del clásico despacho del hermano. En vez de cafelitos, reparte jarritas
horteras con el retrato de Diana, a una libra el pelotazo... Con decir que ya lo conocen
en Inglaterra como el Mienmano de Diana...