Dos fotos
            históricas de González
            Desmiento solemnemente (porque
            hay por ahí muchos con el colmillo salomónico) que el día de San Juan, fiesta de santos
            del Rey, Felipe González tuviera que ser asistido de urgencia en el botiquín de La
            Zarzuela, después que Su Majestad le propinara un abrazo capaz de partirle por lo menos
            cuatro costillas. Igualmente desmiento que José María Aznar tuviera que ser asistido en
            el mentado centro de emergencias sanitarias con síntomas de congelación en varios dedos
            de su mano derecha, de lo fría que se la tendió el Rey en el besamanos del referido día
            de San Juan, donde Su Majestad dio al presidente del gobierno el apretón de manos menos
            apretón de manos que se recuerda desde hace mucho tiempo en los fastos de ese palacio que
            es una casita adosada en la España de las casitas adosadas.
            Desmiento igualmente, ante las
            habladurías malintencionadas, que sea cierto que Su Majestad, gran aficionado a la
            fotografía como se sabe, estuviera totalmente quemado en su pundonor artístico después
            que Fernando Quintela hiciera la foto histórica de González en su comparecencia ante el
            Tribunal Supremo. Y que no es menos embuste, pero mentira gorda, que, en viendo el Rey la
            referida foto del "scoop" de Quintela, se dijera para sus adentros: "Pues
            si quieren fotos históricas de González, ahora sí que van a tener una, verás el pedazo
            de abrazo que le voy a pegar en mi propia casa a las veinticuatro horas del retratito de
            marras". 
            Es, pues, totalmente incierto
            cuanto se dice, al modo de los plátanos de Canaria: dos fotos históricas mejor que una,
            y que si hoy estás cabizbajo ante los más supremos estrados, no preocupes, hombre, que
            la mancha de la mora con otra verde se quita, y verás qué pedazo de abrazo te va a pegar
            mañana el Rey. Desmiento que la fría mano a Aznar frente al abrazo de las cabezas juntas
            con González tuviera significación alguna. La gente, que es muy mal pensada, pero no
            echen cuenta la lengua de la gente...
            El
            arte de poner a España en su sitio 
            A aquellos dos gorrones que se
            colaban en las mejores casas de Madrid, como además pasaban por condes sin serlo, resulta
            que encima los ponían en los mejores sitios de las mesas, se bebían las mejores copas y
            se comían los mejores platos. Hasta que llegaron a un sarao donde los sentaron en lo que
            los franceses llaman cul-de-table. Iba el falso conde a levantarse para protestarle
            a la dueña por el mal sitio que les habían dado en el protocolo de la casa, cuando la
            condesa ficticia le tiró de la chaqueta, diciéndole: "No, Jaime, no protestes; lo
            que ocurre es que como éstos nos conocen, nos han puesto en el sitio que nos
            corresponde...". En el pasado Mundial de las Lágrimas, Aznar ha hecho al fin y al
            cabo como la condesa falsa: reconocer que Paraguay y Nigeria nos han puesto a España
            donde nos corresponde. Si lo sabrá Aznar... 
            No sé por qué la furia
            española se ha desatado contra el presidente del Gobierno. Esa furia, contra Nigeria
            quería yo haberla visto... Lo mismo que Paraguay y Nigeria viene haciéndonos hace mucho
            tiempo la Unión Europea, y aquí nadie protesta, ni pide que se vaya el entrenador ni
            nada. Al Mundial de Maastricht sí que llegamos con complejo de superioridad y allí si
            que se están hartando de marcarnos goles por la escuadra que quieran. Sin necesidad de
            esa fábrica de humos que es Javier Clemente, el comisario Fischler sí que nos ha puesto
            en nuestro sitio, sin que haya dado en el palo de los olivos ni uno solo de sus disparos,
            todos a puerta. Grecia e Italia, que vienen a ser en la Unión Europea como Nigeria y
            Paraguay en el Mundial, siguen poniéndonos donde nos corresponde. 
            El arte de poner a cada en su
            sitio no es privativo de las selecciones del tercer mundo africano o hispanoamericano. Sin
            ir más lejos, la ETA, asesinando a Manuel Zamarreño, ha puesto al PNV en su sitio: el
            sitio de los cómplices de Herri Batasuna...
            Los
            Bartolines de la reforma psiquátrica
            Lo malo no es que un loquito,
            con un mando a distancia, hiciera otro secuestro Alcatel o Movistar, en plan Bartolín, y
            se hiciera acompañar por la tripulación y pasaje del avión Sevilla-Barcelona. Estos
            secuestros que últimamente protagonizan los majaras quizá formen parte de las campañas
            de competencia de telefonía móvil en curso, después de las 4 de la tarde te sale el
            secuestro gratis. Bartolín llamaba por teléfono a Canal Sur diciendo que lo habían
            secuestrado y el que le hizo "zapping" de destino al avión de Barcelona con el
            mando a distancia permitía que todo el mundo llamara por los móviles. Dios mío, qué
            cuentón te va a venir este mes en el móvil, Soledad Becerril... Estos secuestros con
            transbordo y motorolas dan tiempo a todo. Hasta a que los psiquiatras convenzan a los
            loquitos de que éstas no son maneras de mundicolor a Tel Aviv. "¿Qué van a decir
            los de Viajes Halcón?", dijo el psiquiatra a su paciente del mando a distancia y
            final feliz.
            Es pena que no tuviera
            teléfono móvil Vicente Carnero, el enfermo mental de Pereruela de Sayago que se cargó
            al panadero del pueblo a tiros y a dos ancianas con una azada. Con un móvil, el
            psiquiatra podía quizá haberlo convencido de que no se puede dar tanto trabajo a la
            funeraria del pueblo. Aquellos polvos de las alegrías de la reforma psiquátrica traen
            estos lodos. Aquí hemos cerrado los psiquiátricos con una enorme alegría y hemos
            llenado de enfermos mentales los hospitales generales y, lo que es peor, los pueblos y los
            bloques de pisos. Basta un viento de levante o el vuelo de una mosca para que unos
            inocentes demuestren los errores de aquella alegre y confiada reforma psiquátrica de los
            locos a la calle y de su integración en la sociedad. ¿Ha echado alguien las cuentas de
            las muertes que nos lleva costadas ya la alegre reforma psiquátrica? Reforma que permite
            que, por ejemplo, a Bartolín, en vez de llevarlo a un manicomio, lo llevan a las
            Crónicas Marcianas, por lo que pronto tendremos a la novia de Bartolín vendiendo
            desnudos y exclusivas...