Como
no se habla en Sevilla de otra cosa, seguimos con Clemente. Cuando roneaba de entrenador
de la selección nacional vasca, se firmaba Xabier Klemente. Ese Miranda Podadera donde lo
vasco es basko debería seguir usándolo aquí, porque ojalá Xabier se escriba pronto con
be de Betis, señal que ha puesto al Betis donde el Betis y los béticos se merecen. El
rojo es un color muy feo, y más si es el de un farol. A los béticos no les gusta tirarse
faroles. No les gustan ni los faroles de la cruz de guía de la Esperanza de Triana, la
cofradía más bética, lo del Gran Poder es de ayer por la mañana y un escarnio manosear
al Señor de Sevilla y convertirlo en la mopa de Fray Escoba.
¿Es Clemente una larga
afarolada para soltar el farol? ¿O se ha tirado alguien un farol? Ojalá soltemos el
farol y tengamos un Betis de farolillos verdes, que es lo nuestro. Cuando escribo,
Clamente aún no ha dado la rueda de prensa, así que no sé si ha sido una rueda de
prensa o una rueda de calentitos, por los churros de la soberbia de Clemente. Tú pones la
soberbia de Clemente en el campo del Betis, y por lo menos llega hasta el cruce de Las
Cabezas por la carretera de Cádiz. Ojalá no se coma Clemente una rosca, que por eso
dicen los palanganas que han puesto tantos hornos de San Buenaventura para que no le
falten roscas. De momento, tiene un buen pie para empezar: nuestro mágico número 13, que
al Betis siempre le trajo muy buena suerte. Al Betis le han marcado 13 roscos, pero esos
13 goles pueden convertirse en la gloria de las 13 barras del escudo. Cuidado, puestos de
cabeza, que voy, que mancho, con la lata de pintura verde después de darle una manita al
farol rojo y convertirlo en farolillos de tarde de abril del bético Curro destapando el
frasco, que Romero ha ocupado la plaza montada de Curro que siempre hay en el beticismo.
Antes no había en el Betis más Curro que Curro el de los Periódicos. Ahora no hay más
Curro que Romero.
Me entra el tembleque de
la risa tonta cuando leo que Clemente ha dicho que quiere repetir en el Betis los triunfos
d la selección española. Mejor que hubiera dicho como aquel entrenador del equipo
español de Natación que exponía sus aspiraciones en la Olimpiada: "Con tal de que
no se me ahogue ninguno..." Ojalá no se le ahogue ninguno a Clemente, y ojalá le
ocurra como a San Fernando, que entró en Sevilla precisamente el día del santo del
entrenador, el día de San Clemente de 1248. San Fernando llegó de conquistador, roneando
de espada y de bola del mundo, y fue conquistado por Sevilla, donde ya se quedó para
salir todos los años en el Corpus, como buen capillita. O poco conozco el paño, o el
conquistador Clemente acabará siendo conquistado por Sevilla. Ahí puede estar la clave
de su triunfo: que tenga la suficiente humildad como para dejarse ir y dejarse llevar en
las aguas del Guadalquivir. Si todo va bien, a éste, como deseo, lo vemos bailando
sevillanas en una caseta de feria y jugando al dominó en una peña bética. Será la
señal indudable de que es tan inteligente que ha comprendido a Sevilla y la ha
conquistado del único modo posible: dejándose conquistar por ella. Sevilla, al fin y al
cabo, es una mujer a la que gusta seducir a los hombres, no que los hombres la conquisten.
Ojalá Clemente caiga en las artes de seducción de Sevilla y se acabe toda su soberbia y
chuflerío. Y que cuando hablen de él, digan: "¿Clemente? Hombre, pero si yo tomo
café con él todos los días..." Será señal que de es uno de los nuestros. Es lo
que le deseo, don Javier. Bueno, don Xabier. Pero con be de Betis Bueno. De Betis
Balompié.