Diario El Mundo

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  jueves 25 de junio  de 1998


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Felipe González, en el Supremo (fotografía de Fernando Quintela - El Mundo )


Secuestran el "Adriano III"

Secuestro-ficción: querían llevarse el Vapó a La Habana

El "Adriano III", en la imagen turística del Puerto de Santa María

Ayer, desgraciadamente, continuó el rodaje de esa película a la que ha puesto título Borrell. Con el malage que tiene Borrell, esta vez ha estado sembrado: "Bartolín 2", como "Tiburón 2" o "Aeropuerto 2". El habitual secuestro ocurrió hacia las 13,30 cuando el "Adriano III", el vaporcito del Puerto cuando en ti me embarco cuando en ti navego, acababa de zarpar de su muelle de las Galeras Reales rumbo a Cádiz. Llevaba a bordo 245 personas. La razón de que fuera hasta la corcha es que viajaban a bordo los barandas de la Bahía, pues acababan de celebrar en el hotel Monasterio una reunión de la Mancomunidad dedicada a cosas turísticas, y se dirigían al Faro, pero no al Faro de San Sebastián, sino al Faro de Gonzalo Córdoba, a ponerse púos de langostinos. Teófila Martínez, Hernán Díaz, Antonio Moreno, Rafael Román y lo más granado de la política gaditana iba a bordo. Iba hasta esa María de la O que desmiente a la copla, ya que aunque lo tiene no es en absoluto desgraciada. Cuando el vapor había rebasado ya el Club Náutico y enfilaba la canal del muelle gaditano, un gran revuelo se oyó en la cabina del piloto, donde Pepe el del Vapor comanda la lírica nave. Desde el puente, cuando la gente empezó a preguntar qué pasaba, Pepe gritó:

-- ¿Qué va a pasá? Este tío, que dice que nos ha secuestrao, y quiere que tiremos pá La Habana, y esto no es el "Juan Sebastián Elcano", joé, este tío está majara.

Y al tiempo, le decía al secuestrador:

--- Que no tenemos gasoil pá llegá a La Habana, picha...

En efecto, al lado de Pepe estaba el loquito de guardia, que llevaba en sus manos un radiocasé tamaño negro de la base de Rota, y mostrándolo a todos los que, atemorizados y nerviosos, acudieron junto al puente, decía:

--- Tranquilos, que no les pasará nada. Pero este radiocasé está cargado con una casé de la Comparsa del Puerto, y como no tiremos para La Habana pongo el pasodoble del niño que se cayó por el balcón, y van a ver ustedes lo que es llorar... Y como no jalen pá Cuba, pongo la casé, conectada con los cohetes de la Feria de Rota y salta todo esto por los aires. Ah, y los teléfonos móviles quietecitos, Teófila, que te estoy viendo que vas a llamar a tu amiga Rosa Villacastín para salir en Extra Rosa y ganar votos de señoras...

Fueron momentos de pánico. "La comparsa del Puerto no, ten compasión", suplicaba Quique García Agulló. El secuestrador llegó a amenazar con bombardear La Isla con cañonazos de bienmesabe si no se cumplían sus deseos, ante el pavor de Antonio Moreno. Teófila intentó disuadirlo, ofreciéndole la gerencia de una cosa que va a hacer en los terrenos ociosos de Astilleros. Pero el tío, nada: "Que no soy del PP, tía", decía. Y empestilladito en que Pepe tirara para La Habana. Por el telégrafo de banderas, Pepe había comunicado la nueva al vigía de la Torre Tavira, quien avisó a la base de Rota. Aquello fue Apocalipsis Now, de la de helicópteros que mandó por el almirante García Figueras para acojonar al tío. El pasaje, entre tanto, se había liado con unas cajas de gambas y langostinos de Romerijo que iban en la bodega, con destino al festolín de la Mancomunidad. Y fue Rafael Román quien logró poner fin a las horas de angustia. Se acercó al secuestrador y nada más ver al presidente de la Diputación, con esa pinta del comandante Franco cuando mandaba una bandera de la Legión en la guerra de Africa, el secuestrador de momento se cagó por las patas abajo, entregando a Román el radiocasé y las cintas de Caraballo, tras lo que fue reducido por Hernán Díaz, que tiene mucho espíritu militar. Cuando felizmente el "Adriano III" retomó el rumbo del muelle del Vapor, atracó en Cádiz y dos escoltas de Teófila se lo llevaban a la prevención, el secuestrador, todavía temblando, decía:

--- Para una vez que secuestro un barco, joé, tengo la mala pata de que a bordo venga Franco en persona...

Como todos, el secuestrador había creído que Rafael Román era Franquito. Si no llega a ir Franquito, a estas horas están en Cuba, vamos que si están en Cuba...

 


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