Diario El Mundo

Memoria de Andalucía

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,   sábado 14 de noviembre de 1998


El Rey inaugura la Expo del 92

La inauguración de la Expo 92, vista por Idígoras y Pachi

La inauguración de la Expo 92, vista por Idígoras y Pachi

Por aquellos años era frecuente la pregunta: "¿Diseñas o trabajas?" Todo el mundo quería estudiar Diseño, y algunos hasta lo consiguieron. Fue la Ceremonia de Consagración del Diseño. Habíamos diseñado una concordia, una reconciliación nacional, una Transición, una Constitución, una UCD, un socialismo renovado, una integración en Europa, un felipismo con mayoría absoluta, una modernidad, un progreso. Habíamos diseñado tres millones de parados, que nos habían salido bastante chupis, papá, qué guay. Habíamos diseñado la Cultura del Pelotazo. Habíamos aportado al Museo Mundial del Diseño objetos tan típicamente españoles como el Cazo, el Maletín, el Convoluto. Como antes habíamos diseñado las Comisiones Obreras durante la clandestinidad del franquismo, ahora diseñábamos las Comisiones que trincaban los que tenían el carné de profesionales del socialismo obrero. Habíamos diseñado el Ave, los puentes de Calatrava, los cinturones de ronda, y lo que te rondaré, morena. Estábamos cómodamente instalados en el futuro, la verdad que unos más que otros. En vista de lo cual, decidimos celebrar por todo lo alto el Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Si en 1492 el Descubrimiento de América fue la mayor ocasión que vieron los siglos, su conmemoración, cinco siglos más tarde, en 1992, fue la mayor ocasión que vieron los siglos para que unos cuantos se enriquecieran. Carlos Solchaga, desde lo alto de estas pirámides de diseño, había proclamado urbi et orbe que España era el país donde más fácil era hacerse rico podrido del mundo. Rico podrido por la parte de la podredumbre de la corrupción, naturalmente, que algo olía a podrido en España como si fuera la Dinamarca de Hamlet, pero con el maletín bien agarrado y con todos los hermanos del mundo, uníos, en pie, famélica legión, arrellanados en sus despachos oficiales repartiendo cafelitos para que los parias de la tierra también tuvieran derecho a ser ricos, pudriendo la moral de los pobres y los cien años de honradez de los socialistas obreros.

Y así fue que se desvió el curso de los ríos, fueron creados lagos, se trajeron costosas máquinas de ensanchar ciudades, a fin de que Sevilla, quedándose con el manso de Andalucía, de España y de la Humanidad, según se quejaban en Málaga, celebrara por todo lo alto el guateque de conmemoración de tanta modernidad, tanto progreso y tanto por aquí te quiero ver. Fue entonces que hubo un hombre enviado por Dios, de nombre Pellón, que nos sacó a los andaluces del secular atraso, que del mismo modo que Franco nos decía a los españoles que no estábamos preparados para la democracia, Pellón nos decía a los andaluces que no estábamos preparados ni para la modernidad ni para el progreso, que aquí nada más que sabíamos organizar ferias, semanas santas, cruces de mayo, fiestas de verdiales, festivales flamencos y corridas de toros, pero que estábamos absolutamente incapacitados para trincar un solo maletín.

Y así fue que un gozoso día de abril de 1992 por fin fue inaugurada, por un Curro que no era Romero, la Expo del 92, donde había pabellones de todo, hasta pabellones auriculares que no se acababan de creer lo que se contaba de cómo se estaba tirando allí el dinero, colocando a los paniaguados, favoreciendo a los contratistas amigos. Pero todo sea en el interés de España. La Expo es un asunto de Estado y todo el mundo callado, u os quedáis castigados sin recreo y sin merienda de negros. Fue así que vinieron los Reyes y vinieron todos los jefes de Estado extranjeros, hasta Fidel Castro vino, y todos los jefes de gobierno, deseosos como estaban todos de conocer aquella barbaridad, de cómo un país que no pasaba de mediano se había vuelto loco y había empezado a tirar el dinero como lo tiraban ni los Estados Unidos, que por aquellas calendas desistió de hacer una Expo similar en Chicago. "No tenemos posición para esas cosas", declaró solemnemente el presidente de los Estados Unidos, quien mandó a la Expo de Sevilla un pabellón de acuerdo con sus posibilidades, esto es, la carpa del Circo Americano reutilizada, una vez que le hubieron sacado los leones y los payasos, mientras que aquí, ya ven lo que hicimos con los payasos.

En aquel gozoso día de la inauguración fue cuando Felipe González pronunció su solemne discurso: "Si estando como estábamos estamos como estamos, ¿cómo estaríamos si estuviéramos como deberíamos estar? Así que dejadme gobernar y enriqueceos..." Tras lo cual, Su Majestad el Rey dijo: "Declaro oficialmente inaugurada la Cultura del Pelotazo". Lo dijo tras levantarse del más horrendo sillón que vieron los siglos, ya que el Trono había sido convertido también en un Trono de Diseño, en forma de espanto de sillón, que era la pasada por la izquierda que estaba la Monarquía juancarlista deseandito tener. Incomprensiblemente, al igual que los autores de las restantes fechorías cartujanas, los diseñadores de esos sillones inaugurales continúan en libertad.

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

¿Desea sugerir alguna fotografía histórica para que Idígoras y Pachi y Antonio Burgos la incorporen a esta "Memoria de Andalucía"?

Envíenos un mensajeEnviar correo

   


Volver al comienzo de esta página

Regresar a la pagina principal

El Mundo, edición íntegra en Internet

 

Enviar correoCorreo