Diario El Mundo

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  viernes 26 de junio  de 1998


Bandera azul, bandera negra

Estaba la playa igual que una feria...

Primer lleno de la temporada en la playa de Cádiz (Foto Kiki- Diario de Cádiz)

Si yo fuera alcalde de un ayuntamiento costero, lo primero que hacía era contratar a Felipe Martín, una de las personas con más gracia de Cádiz, la ciudad de la gracia. Muchas veces he hablado de Felipe Martín, el dueño del Mesón Cá Felipe de la calle de la Palma, en el corazón del barrio de La Viña. Ya les dije que ahora en tiempo de caballas asás y piriñaca fresquita, en la terraza de su negocio tiene un enorme canasto de marisquero, donde exhibe los pescados que ofrece, recién comprados a los pescadores de las barquillas que no lejos de allí se mecen en las olas de La Caleta, que como saben es plata quieta. Como Felipe estaba harto de que la gente le preguntara si el pescado era fresco y bueno, puso en el canasto de la exhibición un letrero que dice: "Casi tós estos pescaos han actuado de extras en las películas del Comandante Cousteau".

Bueno, pues si yo fuera alcalde de un pueblo de la costa, sea del Sol, sea de la Sombra, sea de Sol y Sombra, hacía funcionario de empleo al viñero Felipe Martín, para que me redactara un letrero que poner en la playa. Un letrero que, por ejemplo, dijera: "Esta playa no tiene más bandera azul que azul de las olas de mar". Porque creo que le regalan un televisor en color al que diga una playa de España que no tenga bandera azul, qué jartible el tío que reparte las banderas azules, se pone a repartir banderas azules y no hay quien lo pare...

--- Sí, pero al alcalde del Puerto de Santa María, al célebre Nandía, le ha quitado la bandera azul...

Mejor. Así se distinguen las maravillosas playas del Puerto: Valdelagrana, La Puntilla, Vistahermosa... Nandía tenía que contratar a Felipe Martín, en vez de haberse cogido el mosqueo que me dicen que se ha agarrado, en el que ha puesto una bandera por su cuenta, como si las del Puerto no fueran todas unas playas de bandera, las ponga el alcalde o no la ponga, les quiten la azul o no se las quiten.

Porque una bandera azul no dice absolutamente nada, Bueno, sí, asegura que la playa tiene botiquín, altavoces que digan que se ha perdido Vanessa o Rebeca, letreros que prohiben que bañen perros, aparcamientos y tíos por la orilla vendiendo papas fritas. Vamos, que la playa tiene de todo. Pero lo que no asegura la bandera azul de ninguna manera es que muchos de los que van a bañarse a esa playa no sean unos guarros. ¿Cuánto se gastan los ayuntamientos costeros andaluces a lo largo del verano en limpieza de las playas? Un dineral. Teófila Martínez tiene en Cádiz a unas cuadrillas de la empresa de la Koplowitz, unos chavalotes con unos polos amarillos, que todas las mañanas, pim, pam, pim, pam, se tienen que recorrer la playa, de Santa María de Mar a Cortadura, recogiendo las porquerías que la gente tira en la arena, a la que las máquinas le han pegado antes un repaso importante en el que sacan hasta armarios de dos puertas y tresillos de escai. El Ayuntamiento de Punta Umbría ha convocado un concurso, en el que premiará al buzo que saque el mayor objeto tirado a la ría, a ver si sacan los cuernos de los que se dedican a arrojar basuras en el mar o en su orilla... Latas de cerveza, plásticos de botellines de agua, celofanes de bolsas de pipas, esas cositas de las que era tan partidaria Matilde Fernández, cáscaras de asendía, litronas rotas, cienes y cienes de filtros de cigarros... Nuestras playas, por muchas banderas azules que tengan, dan pena cuando amanece, en la resaca de la marea, y a los que nos gusta hacer kilómetros y kilómetros por sus orillas nos dan arcadas de ver tanta porquería como la gente tira. La playa, en efecto, será de bandera azul, pero los incivilizados que acuden a ella son de bandera negra.

Por eso yo proponía en tiempo y forma que hubiera en cada playa una doble bandera: una para el continente y otra para el contenido. Una bandera que nos dijera cómo está la playa y otra que señalara cómo es de guarra que es la gente que va allí a bañarse y a tirar cosas en el suelo. Y es que hay playas que, por mucha bandera azul que les hayan plantificado, son en verdad playas de bandera negra, so guarros, que sois unos guarros.

 


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