Las
primarias socialistas están produciendo resultados altamente beneficiosos para la salud
democrática de España. Es como si le hubieran dado Viagra. A propósito de Viagra: lo de
Gaspar Zarrías de las Idígoras y Pachi es mejor que el Viagra. Mientras a otros les dan
las pastillas con las que pasa como con las Yemas El Ecijano, que casi tós parman,
a Gaspar Zarrías de las Idígoras y Pachi le han dado una medicina fantástica que tiene
el PSOE para los casos difíciles: el Fernández Viagras. Le han dado Fernández Viagras y
no vean cómo se le han alegrado las pajarillas al hijo artístico de Idígoras y Pachi.
--- ¿Y el Fernández Viagras
lo dan por el Seguro?
--- No, a Javier Arenas, por
ejemplo, no le han dado Fernández Viagras, y eso que Arenas es el tío del Seguro.
--- Tiene que ser con receta
entonces, ¿no?, y por lo privado...
--- Sí, y exclusivamente
recetas de la botica de la calle San Vicente...
Las primarias socialistas han
conseguido milagros políticos importantes. Por ejemplo, que en Sevilla, la famosa
Sevilla, cuna del socialismo renovado, patria de Felipe, chalé de Escuredo, moto de
Borbolla, librería de Guerra, nave colombina de Ñañe, monte del olvido de Manolito del
Valle, galería fotográfica de Monteseirín 21 DIN , capital del imperio de Chaves &
Asociados, tras ímprobos esfuerzos y tras no pocas maniobras orquestales en la oscuridad,
el portavoz socialista en el Ayuntamiento sea por fin Gómez. El famoso Gómez, El
célebre Gómez. Ese Gómez que la afición esperaba. Decían todas las encuestas que
cuándo va a venir Gómez, joé... Y, ea, ya está aquí Gómez. Todo pasa y todo llega.
Ya era hora de que en la Sevilla espesa de los Gómez mandara por fin un Gómez. Un Gómez
para la tierra de los Gómez. Gómez era José Gómez Ortega, Joselito el Gallo, y
cuando lo hacía en Sevilla toreaba en el patio de su casa. Gómez era Rafael Gómez
Ortega, El Gallo, El Divino Calo, aquel que sentenció que Sevilla está donde
tiene que estar, que lo que está lejos es La Coruña. Gómez es mi dilecto Gómez Marín,
que estoy deseando que escriba de ese ciclón de masas que ha llegado arrasando al
Ayuntamiento de Sevilla, porque será de título de película de Dustin Hofmann: Gómez
sobre Gómez.
Esto de Gómez es como la
divina creación de Eva en el paraíso, una cosa así. Como un dios aburrido (que es un
verso redondo de Cernuda), estaba Chaves viendo la gloria de su creación: esos
ayuntamientos socialistas que se están cargando el paisaje andaluz con sus
recalificaciones parceleras y parcelarias ; esos cientos de miles de "asociados"
colocados en la Junta, en las delegaciones de la Junta, en las empresas públicas
dependientes de la Junta, en las juntas directivas nombradas por la Junta; esa red de
intereses que domina la economía andaluza a través de las Cajas de Ahorros y de las
Cajas de Dispendios... Vio todo aquello, contempló la perfección de la que se tienen
montada para ser como las pilas Duracell, que duran, y duran, y duran, y advirtió que le
faltaba algo. ¿Qué era? Al paraíso socialista le faltaba Gómez. No es bueno que
Montesierín 21 DIN esté solo, dijo el dios aburrido. Entonces el aparato creó a Gómez.
Oí la otra noche gritos de
entusiasmo por la calle, bocinas locas de alegría, canzonetas con rimas de aleluya,
banderas desplegadas... Creí que era la afición bética con Conejo a la cabeza, que se
había echado a la calle por el triunfo del Brasil, esto es, de Denilson. Pregunté de
ventana a ventana:
-- ¿Qué es esto?
-- ¿Qué va a ser? --me
respondió una vecina--. La gente, que se ha echado a la calle de alegría cuando se ha
enterado que el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sevilla es por fin el famoso
Gómez...
No es para menos. Menos mal
que Dios está arriba. Hubo un hombre enviado por Dios cuyo nombre era Gómez.