Pasado el Día Nacional del Camping
Andaluz, el Día Nacional del Overbooking en Sierra Nevada, el Día Nacional de Viajes
Halcón, que es en lo que quedó el antaño reivindicativo 28-F, hay que reconocer que la
mejor medalla de Andalucía la han dado en Berlín. Hablo de cine. A la hora de la
tómbola de las medallas, quien asesorara a Chaves se creyó que era Manolo Paradas y su
programa "Cine de barrio", y cogió y le dio la medalla a Carmen Sevilla. Sólo
hubiera faltado, como en el programa de Paradas, que a la hora de la entrega hubieran
llevado al acto oficial el piano de Manolo Castillo y que se hubieran puesto todos allí a
cantar, apoyados en el quicio de la mancebía de la cola del instrumento, diciendo:
"Yo soy la Carmen de España/ y no la del Pesoé, y no la del Pesoé..."
Aquí damos medallas a la peor Andalucía
del pasado, a la folklórica de aquella cinta que era como un precedente del recetazo de
Chaves, de las 35 horas de Chaves, de la Viagra de Chaves, del cambio de sexo de Chaves,
de la pensiones de Chaves: "Pan, amor...y Andalucía". En materia de cine, aquí
damos medallas a Cifesa, al ferraniacolor, a la Andalucía de Cesáreo González. Antes de
haber entregado la medalla a Carmen Sevilla tenían que haber proyectado un No-Do. Es lo
que se echó en falta.
Y en cambio, en Berlín han premiado al
futuro del cine andaluz, No sé si el cine andaluz existe, ni me meto en camisas de once
varas de Rafael Utrera. Lo que digo es que le han dado en Berlín el premio del público a
Benito Zambrano y hemos oído a un director hablar un bello andaluz cuando ha comentado su
éxito inesperado, con una película hecha con cuatro perras gordas, precisamente en la
Andalucía de la cultura de la subvención y de la subvención de la cultura.
"Solas" la han hecho con 125 millones de pesetas presupuesto. 125 millones de
pesetas es lo que cuesta encargar un informe sobre cine en Andalucía por el Instituto
Andaluz de Lo Que Sea, en esta administración autonómica llena de Institutos Andaluces
de Lo Que Sea.
De Benito Zambrano me ha sorprendido,
aparte de su voluntad andaluza de reflejar nuestra realidad, su modestia. La cultura
andaluza se caracteriza porque el que menos te perdona la vida y se cree poco menos que
Buñuel, si ha hecho cuatro paparruchas filmadas, o Cernuda redivivo, si es poeta y
publica sus versitos en una revista que le paga la Junta o un ayuntamiento.
Tengo ganas de ir a ver "Solas"
sólo por la voluntad de su director. Ha dicho una cosa preciosa. Que se graduó en cine
en La Habana y que allí empezó a trabajar en la película: "Pero pronto me di
cuenta de que mi mundo profesional estaba aquí, regresé y terminé la versión
definitiva. Aposté por una película centrada en Andalucía, rodada en Sevilla y con
actores andaluces". Vamos, al cambio, igualito que lo de Carmen Sevilla, chispa más
o menos. La historia de Benito Zambrano es la de tantos andaluces que a estas horas se
están abriendo su camino profesional por esos mundos, dado como está nuestra tierra. A
diferencia de otros, que ya se quedan por ahí para siempre, Zambrano ha tenido el coraje
de volver. Las raíces que les llaman. Por lo que leo en las críticas de
"Solas", es un largo memorial de amor sobre esas raíces. Raíces que los
andaluces solemos encontrar cuando estamos lejos de nuestra tierra. Y que premian lejos de
ella. El mejor símbolo de esta hora andaluza es Chaves premiando a Carmen Sevilla y el
Festival de Berlín premiando a Zambrano. |