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El avión de Iberia en su aterrizaje de emergencia
en Ginebra |
Los pilotos de Iberia son unos incomprendidos. Han anunciado huelga en
Semana Santa y, puertas y rampas, listos para el despegue de los tópicos: qué partida de
señoritos. Cuando lo que pasa es que son unos santos. Se suman siempre a su manera a las
tradicionales celebraciones de la Semana Santa. Las tradiciones de la Semana Santa
española son, a saber: la procesión del Viernes Santo de Valladolid, la cofradía
sevillana de la Macarena, la música religiosa de Cuenca... y la huelga de pilotos de
Iberia. Huelga que hacen estos santos varones en aplicación de sus hondos principios
religiosos. Han comprobado que en los días dedicados a la conmemoración de la Pasión y
Muerte del Señor, la gente, hala, se va a Cancún, a Londres, a Nueva York. A pecar.
Quien evita la ocasión de ir por ahí de picos pardos en Semana Santa evita el pecado,
que es lo que han hecho estos señores. Gracias a la huelga de Iberia, el que pensaba
pecar en La Habana tendrá que coger el AVE e ir a rezar al Gran Poder. Que es lo que
manda la Santa Madre Iglesia.
Los agentes de contravigilancia de la
huelga han dicho que estos devotísimos señores ganan casi dos veces más que el
presidente del Gobierno. Y digo como mi profesor gaditano de Gramática Parda: "Pues
vaya mierda de sueldo que tiene el presidente del Gobierno..." Pero estos señoritos
tan bien pagados a veces hacen milagros. Suelen ser presentados entre camioneros mafiosos
y sacerdotes de la secreta liturgia de la técnica. ¿Aplaude alguien a un camionero
cuando mete el trailer en el garaje? Pues a los pilotos sí se les aplaude en los
aterrizajes. Lo suyo es algo mágico, sacerdotal, y nadie se mete en preguntar cuánto
gana un cura. En el desierto egipcíaco dicen que el águila ha aterrizado. Bueno, ¿y
qué? Sin novedad en el alcázar de Julio Verne, que no se rinde. ¿Son Piccard y Jones
pilotos de Iberia acaso? ¿Han hecho su hazaña mientras los ponían verdes? Más
importante es que en el aeropuerto de Ginebra, con las ruedas completamente chungas y
changadas, ha aterrizado de emergencia el avión de Iberia que venía de Barcelona con 101
criaturas. Y no ha pasado nada, gracias a un señorito muy bien pagado que pilotaba el
aeroplano, Jaime Marcos es su gracia. En vez de decir lo que gana Jaime Marcos y
compararlo con el presidente del Gobierno (que cobra una mierda de sueldo), de la huelga
de pilotos deberían hablar ahora los 101 pasajeros del Barcelona-Ginebra de Iberia.
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