El Mundo, martes
12 de mayo de 1998
La
peseta también es como Dana
La cantante transexual israelí Dana
Internacional, tras su triunfo en el Festival de Eurovisión
En
materia de euro iremos divinamente, pero en Eurovisión seguimos ciegos. Nos creíamos que
como la más firme candidata era la israelí Dana Internacional, mandando a Mikel Herzog
íbamos a barrer, por alusiones a Múgica. Que los jurados iban a decir: "Hombre,
vota Qué voy a hacer por ti, que Enrique Múgica no se merece que le hagamos este
feo a su primo". Como la cosa iba de euro, aunque fuera en canción, en Birmingham ha
ocurrido lo que ya pasó en Bruselas. Que haya ganado el Festival de Eurovisión una
cantante transexual no es nada nuevo, no sé por qué se mosquean tanto los judíos
fundamentalistas del sombrerito y la levita negra y casposa, que no se hacen precisamente
tirabuzones con las bombas que tira Dana Internacional. Antes nos cambiaron de sexo a la
peseta para su triunfo en el festival de la euromoneda y nadie protestó. A la peseta, que
si sería femenina que le llamábamos la rubia, nos la han puesto machorra, y la
han dejado en el euro, que es una moneda camionero, bombero, de rubia, nada. La lira,
femenina como una Venus, es ya también el euro. Por eso admiro tanto a los ingleses, que
no han consentido que a la libra le hagan la misma operación de cambio de sexo que a la
peseta y a la lira para convertirla en el euro machorro. Miren cómo el franco y el marco
siguen conservando el sexo en este travestismo europeo de las monedas.
Tenían, empero, que haber
avisado de lo de Dana. ¿Será por transexuales? Si era por transexuales, España podría
haber ganado por goleada. Como me decía ayer un amigo mío, entristecido ante el triunfo
israelí: "¿Qué Dana ni qué Dana? Mira, tú nada más que tienes que darte una
vueltecita por las carretas del Rocío y te sale el Orfeón Donostiarra para mandarlo a
Eurovisión..."
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