Las Reales Abuelazos, con el resto de la Familia Real Española
Lo
lleva bastante bien. Será porque con este nacimiento le ha ganado una cena a no sé
quien, y los deportista natos llevan el espíritu de la competencia hasta el mangazo de
cena por apuesta. Hablo de S. M. el Rey, al que Doña Elena hace abuelo. Porque estoy de
veraneo, que, si no, me iba donde Meye Mayer, al barrio de Santa Cruz, a comprar uno de
esos baberos preciosos que vende con encañonados de encaje, especiales para abuelos a los
que se les cae la baba con el nieto. Y lo habría de mandar a La Zarzuela, jugándomela,
porque Marichalar le pondría pegas a los encañonados. Marichalar es de los que siempre
tienen un pero que poner a unos encajes...
Ante tantas cuestiones, que si en Ermua
hicimos el canelo ante los podencos de los partidos; que si el MAR está ya en calma y Ana
Botella va estrenar este verano un vestidito de Piqué, sin mangas naturalmente; que si la
sentencia por el secuestro de Marey está al caer... Ante tan graves cuestiones, es
altamente gratificante que estemos en la Semana del Niño y del Abuelo, que parece nombre
de aquellas comerciales que se inventaban Pepín Fernández y Ramón Areces. Deseo la
clásica horita corta no sólo a la parturienta, sino a los colegas que han de
hacer en estos días el cierre de los periódicos y telediarios. Conforta ver que durante
unas horas todo eso ( MAR, Piqué, primarias, Marey, Bacigalupo) quede aparcado. La que de
verdad interesa a España en estas horas es saber si va a ser niño o niña. Ya era hora
de que en esta nación donde son portada los niños de todas las pelagatos y los embarazos
de las lagartonas de la exclusiva, por fin vaya a primera un niño que lleva sangre de
reyes en la palma de la mano, como cantaba Lola Flores. Un niño o una niña. El secreto
mejor guardado en estas horas de España, mucho mejor que se guardó el cese de MAR, es si
en el orden de sucesión a la Corona de España sentará plaza un tercero o una tercera.
Espero que el Rey volverá en estas horas a
meterse a España en bolsillo. El Rey, buen aficionado a la moto, siempre adelanta por la
izquierda, que es donde está el corazón. Cuando ha comparecido en las últimas horas
ante los periodistas, ha aparecido en su papel estelar de abuelazo español de toda la
vida, incluso un poco abuelazo tipo Martínez Soria, que es el que aquí llega a las siete
mil representaciones. Preguntado, como buen abuelo en puertas, si prefiere niño o niña,
ha dicho algo que nos sigue demostrando que España y su cultura siguen existiendo, pese a
todo: "Que venga lo que Dios quiera..." ¡ Qué clásico...! A mí me encanta
este Rey cuando se pone castizo como La Chata, que está pidiendo urgentemente un romance
de Rafael Duyós. Porque en esa misma comparecencia de la salida del chequeo en la
clínica, un periodista le preguntó cómo estaba y respondió como las balas, en su humor
tan de cuarto de banderas: "Mejor que tú..." Lo bueno y lo malo del Rey es que
todo se le nota a chorros. Igual que la Reina es una gran profesional, Don Juan Carlos es
un gran profesional de los sentimientos. Así que esto no es un artículo, esto es un
trueque. Puestos a evidenciar los sentimientos, le cambio a S. M. aquel triste Real Abrazo
por este Real Abuelazo del "que venga lo que Dios quiera..."