Parlamentos de España, uníos
En la realidad hay parlamentos
autonómicos de primera y parlamentos autonómicos de segunda. Si no fuera porque iba a
llegar tarde, le regalaría de premio un viaje al Carnaval de Santa Cruz de Tenerife al
que me dijera una noticia, una sola noticia, que hubiera leído alguna vez relacionada, un
poner, con el Parlamento de Aragón, o con el de La Rioja, o con el de Murcia, que
haberlos, haylos. Hay parlamentos de la Señorita Pepis y parlamentos con todos sus
avíos. Suele haber un parlamento donde hay detrás un pueblo, y en los restantes lugares,
una cámara que legisla no se sabe qué, no se sabe cómo y, lo que es peor, no se sabe
por qué ni para qué.
Por eso los vascos, como
tienen pueblo y parlamento, pueden presumir hasta de traer a los kurdos. Otros no pueden
presumir ni de llevar al parlamento regional las mínimas inquietudes ciudadanas. Quizá
llevando a artistas invitados, en plan programa de José Luis Moreno, podríamos saber de
la existencia de estos parlamentos. Debía cundir el ejemplo vasco con los kurdos.
Verbigracia: don Manuel Fraga
debería invitar a que la Oposición a Castro se reuniera en el parlamento gallego, en vez
de estar dando tumbos por la gusanera de Miami. El Parlamento Andaluz, por aquello de que
es el que le coge más cerca, debería invitar a la oposición al medieval Rey Hassan II a
que se reuniera en la antigua Ixbiliah, que es como de ellos. El Parlamento de La Rioja
para la oposición a Gadafi y el Parlamento de Castilla-La Mancha para esos chinos que
defienden los derechos humanos y a los que suelen ejecutar de seis en fondo... Y así
sucesivamente.
Jura de bandera, toma
de posesión
Y el pater, naturalmente que
de sotana, escuchaba cómo el coronel de regimiento, ante la bandera que quizá había
bordado la Reina Doña Victoria Eugenia, nos decía: "¿Juráis por Dios y por
vuestro honor defender la unidad de España hasta derramar la última gota de vuestra
sangre?" Anda ya, tío, corta el rollo, no vaya a ser que tenga el sida y contagie a
la Patria... ¿Cómo voy a jurar derramar la sangre, colega, sin que me hagan las pruebas
cruzadas?
Y por eso, el Ejército, en
esta continua Ley Azaña que tenemos desde hace lustros, acepta que le cambien una
tradición. Como traga con todo lo que hay que tragar (el viejo principio del "cobra
y traga"), traga con que vayan disolviendo uno tras otro unos regimientos históricos
que en Inglaterra serían instituciones y glorias nacionales. Ya que nos hemos quedado con
el Ejército profesional, las Fuerzas Armadas deberían al menos mantener sus propias
tradiciones. Por muy arcaizante que fuera, se debería conservar la reliquia histórica y
ritual de la jura de bandera. Pero nada: hala, todos a la OTAN de cabeza, a tragar. Los
militares españoles visten ya como los alemanes y llevan las divisas como los americanos.
Todo por la paga.
Puestos así, voy más lejos
que nadie. Lo que hay que hacer es suprimir la jura de bandera. ¿Juran bandera acaso los
carteros? ¿La juran los inspectores de Hacienda? ¿Y qué son a partir de ahora los
soldados, sino unos funcionarios más del Estado, que han ganado sus oposiciones? Es un
absurdo que este Ejército que arrasó sus tradiciones mantenga la jura de bandera.
Sustituirla por la toma de posesión, como el resto de los funcionarios, sí que es
constitucional...
El "cambio"
era de sexo
La película que han
proyectado esta semana en la Sala 1 (Iniciativas de Ley) del Cine Parlamento Andaluz
debería tener de protagonista obligatorio a Andrés Pajares. Eso que, a falta de kurdos,
ha hecho el Parlamento Andaluz lo filmas con un guión medio buenecito en una comedia de
situación, lo pones en la parrilla (vuelta y vuelta) de Antena 3 a las 21,30 de la noche
y es que rompe el "share" del "prime time". Venga a predicar el cambio
de la modernidad y el progreso y resulta que el cambio era de sexo. Hala, barra libre para
el cambio de sexo, que paga Chaves. 700 millones al año que van a gastar en cambiar los
instrumentos de ratificación del convenio con los transexuales.
Malos servicios vienen
prestando a la imagen de Andalucía quienes deberían cumplir cuanto dice el Estatuto de
Autonomía sobre la que sobre el papel (que no en la práctica) es una nacionalidad.
Primero, con la fama de flojos (en Castilla, holgazanes, perezosos) que tenemos los
andaluces, van y ponen las 35 horas semanales, para doblarla lo menos posible. ¿No
querían ustedes fama de gandules? Ea, pues ahí la tienen. Ahora, con la cantidad de
pueblos andaluces que hay con fama de tener la crianza de mariquitas como industria local,
van y ponen lo del cambio de sexo por el seguro, que como ustedes saben es lo más
valiente y progresista que se despacha . Lo que faltaba. Bueno, pues si a algunos le pagan
el cambio de sexo, yo exijo, en nombre del Colectivo de Contribuyentes, que me paguen
también con dinero público el cambio de residencia. Yo, de momento, me pido un palacio
como el Chaves...