Diario El Mundo

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  viernes 15 de mayo  de 1998


Nostalgias de la Expo

Torre de Belem, en Lisboa

Los sevillanos van a Lisboa a quitarse el "mono" de Expo.

Por Onda Giralda, que es verdaderamente la nuestra sin que nos cueste un duro, y que defiende con mayor dignidad andaluz lo que la que ronea tanto de ello (por aquí, mira cómo se me queda el dedo, todos los locutores hablan castellano), anuncian, o están echando ya, un programa que se llama Nostalgias de la Expo. Oportuno programa, que hará con los sevillanos al menos un tratamiento sintomático de una epidemia que sufrimos hace por lo menos cinco años, sin que ningún doctor Repeto ni ningún doctor Frontela la haya diagnosticado: el síndrome de abstinencia de Expo. En palabras vulgares, el mono de Expo. Juan Manuel Albendea, en los días triunfales, estaba entre el escasísimo grupo de los pesimistas, por cuanto traía leído que las ciudades contra las que perpetran una exposición universal, al término del certamen sufren una gran depresión no sólo económica, sino anímica. Que se quedan tristes, encerradas en sí mismas, como colectivamente apesadumbradas. Nada de aquello ha ocurrido. El sevillano se echó a la calle, sí, cuando la Expo. Pero es que todavía no ha entrado... El sevillano quedó encantado con todas las judiadas que le hizo Jacinto Pellón, engloriado con la Isla de la Cartuja y lo que quiere es más de lo mismo. Cualquier actividad se convierte en un remedo de la Expo, en un recuerdo de la Expo. Esta ciudad a la que le encanta vivir de nostalgias pasadas ha encontrado en lo más inmediato de su historia la constante de su actitud de adicción al espejo retrovisor. Antes mirar al futuro era mirar al progreso. Ahora, mirar al progreso es mirar al pasado de la Expo. El futuro, como siempre, no es lo que iba a ser. Aquello no ha servido más que para dejar el Ave en Santa Justa y los jaramagos hasta las rodillas en la Cartuja. Pero todos encantados. De qué millonada se gastaron unos señores de fuera y de qué comisiones se llevaron unos señores de dentro, ni se piensa:

--- Déjalo, ¿y lo bien que lo pasamos? Mira, en el pabellón de...

Mi abuela Tomasa se pasó media vida contándonos las tacitas de Caldo Maggi tan buenas que daban gratis en la Exposición Iberoamericana, y sobre la mesa de camilla de su piso del Retiro Obrero estaba siempre reluciente el cobre de un cenicero del Pabellón de Chile. La ciudad entera está con los recuerdos del 92 como estaba mi abuela Tomasa con los recuerdos del 29. Han cambiado los números, pero sigue la misma invariante castiza de la añoranza de los esplendores pasados. Aquí lo que iba a ser el futuro, cual la Exposición Universal, lo hemos ya incorporado al legado común, al gazpacho incluso folklórico, del pasado.

Ahora, Lisboa. Como Onda Giralda pone ese programa, Maribel Moreno de la Cova y nueve señoras más han alquilado un microbús y se van como locas a Lisboa. ¿A ver la Exposición? Eso dicen. Yo creo que van a lo que no confiesan: a quitarse el mono de la Expo. A comparar aquello con esto, como comparábamos a BCN con SVQ en bodas de Infantas. Aún no se ha inaugurado la Expo de Lisboa, aún no ha salido ese microbús, pero ya sé lo que vendrá contando Maribel con su vídeo:

--- Aquello no tiene ni punto de comparaciòn con la nuestra; aquello, hablando mal y pronto, es una birria...

Ha quedado un espíritu Expo que contrarresta el mono. Las obras de Heliópolis son como si el Betis estuviera construyendo el Pabellón que no tuvo el 92. Eso de platillo volante que dice Lopera refiriéndose al campo es realmente la descripción de un pabellón de la Expo. (Inciso: ¿está derribando Pavón el campo del Betis? Porque si no lo está derribando Pavón, ni eso es un derribo ni eso es ...) Quien se está quitando muy a gusto su mono de Expo es el arzobispo-no-cardenal de Sevilla. Para él, la Magna Hispalense no ha terminado, con esa sucesión de logotipos, ruedas de prensa, anagramas, restauraciones y campaneos que me trae. Llegaban las campanas y la gente estaba engloriada viéndolas, novelereando. Lo dice Onda Giralda:Nostalgias de la Expo.

 

Derribo del Gol Norte del campo del Betis

Las obras de Heliópolis son como si el Betis estuviera construyendo el Pabellón que no tuvo el 92.


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