Don Norberto
Almandoz, canónigo de la Catedral, crítico musical de ABC y
director de un Conservatorio de Música y Declamación con don
Manuel Castillo jovencísimo, don Manuel Navarro, los
hermanos Pantión, las hermanas Óniga Charlo, don Luis Lerate,
doña Carmen Atienza, doña Águeda Téllez, doña Carmen Ruiz,
Pepita Hernández, doña América Martínez, don Emigdio Mariani,
don Sebastián Blanch, don José María de Mena y la
secretaria, la señorita Rosario Sarmiento. El ciego de gafas
negras que vendía los cupones de la ONCE en la calle
Sierpes, junto a la confitería La Campana, que los pregonaba
cantando los números, haciéndose compás con el bastón. El
quiosco de Antonio Ferrera Comesaña, en la Puerta La Carne,
junto al puente de San Bernardo, al lado del Cuartel de
Intendencia, hoy sede de la Diputación. La ANIC, Asociación
Nacional de Inválidos Civiles, que fundó Antonio Ferrera
Comesaña con Jesús Ybarra, y que puso los primeros
guardacoches uniformados con su traje gris y gorra de plato.
El Teatro Español Universitario, TEU. Amparo Rubiales de
actriz en el grupo teatral Esperpento.
La portada de entrada a la Huerta del Rey del Colegio
Portaceli en la avenida de Eduardo Dato, al final del barrio
de San Bernardo, con su azulejo cervantino. El cine de
verano San Bernardo. La mula con las angarillas del pan de
Alcalá por la calle Santo Rey. El túnel peatonal bajo la
estación de San Bernardo. Los varilleros de Távora. El que
arreglaba los paraguas. El latero que lañaba los lebrillos o
ponía culos nuevos, con estaño, a las ollas y cacerolas. El
Garaje Metropol cerca de la Estación de Cádiz. El Colegio
San Alberto Magno cuando estaba en la calle Brasil. El
cuartel de Automovilismo en el antiguo Pabellón de Córdoba
de la Exposición del 29, en Reina Mercedes. El campo del C.D.
Huracán junto a la iglesia de Elcano y frente a la Venta
Ruiz. El cine del Colegio Claret los domingos por la tarde.
La fábrica de piensos de Pedro Salvador. El antiguo cauce
del río Guadaira bajo el actual I.E.S. Heliópolis. El
tranvía hacia Guadaira lanzado a toda velocidad por Manuel
Siurot en su último servicio por la noche.
La Camisería Lorite en la plaza del Duque, junto al
Barbiana, junto a la sala de fiestas El Patio Andaluz y a la
oficina de contratación de artistas de Pulpón, y por el otro
lado lindaba con la Farmacia Central. La Academia Agrícola
en la calle Alvarez Quintero esquina a Chicarreros, en los
altos de Cepejón y frente a La Nueva Ciudad. La Bodeguita
Romero en General Polavieja. La misa de los domingos con
velo y misal. Las costureras que iban un día por semana a
las casas, a cortar y coser. Los adoquines de la calle
Tetuán. El asfaltado en losetas de la calle Cuna. La pizarra
y el pizarrín. Las sultanas de coco. La casa de los Luca de
Tena en la plaza de los Carros. Las pelotaris del Frontón
Sierpes.
El taller de cromados de la calle Vidrio. El circo de los
hermanos Álvarez, con su famoso payaso Remache, con sede en
El Cerro del Águila. Ciclos Paco Mira entre los Jardines de
Murillo y la Puerta de la Carne. El adobo de barbos fritos
en un gran perol, en la acera de la Puerta Osario. El Correo
de Andalucía en la calle Albareda. Su director, don José
Montoto, haciendo tertulia en el Ateneo antes de marchar al
periódico. La Banca Borrero. La Peluquería Berro y su casa
de huéspedes, donde también tenía su consultorio Antoñito el
Practicante. Los Candiles, con un morito en uno de los
ventanales, debajo de una cabeza de jabalí disecada, asando
pinchitos morunos, que hacían que la calle General Polavieja
esquina a la Plaza de San Francisco oliese a gloria bendita.
(Redactado con recuerdos enviados por los lectores al
correo: [email protected])
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