
Arenas, cobrador del frac de Chaves
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- Le pregunté a Pepe Oneto:
- -- Oye, Pepe, tú que has trabajado con
él... ¿Antonio Asensio es aficionado a perder el dinero?
- -- Que yo sepa no, ¿pero por qué me lo
preguntas?
- -- Hombre, porque hay que tenerle una
afición muy grande a perder el dinero cuando se vende un periódico a diez duros y encima
se le da el cincuenta por ciento de comisión al kiosquero.
Cuando ha puesto su papel
diario a los veinticinco duros de reglamento, he comprobado que ni Pepe Oneto me engañó
en su respuesta ni Asensio era aficionado a perder el dinero. Esta rara afición, a la que
algunos llaman mecenazgo, me la descubrió Antonio García Trevijano, en El Puerto de
Santa María, una mañana en que Pablo Sebastián nos explicaba su ilusionado proyecto de
turno, de cuyo sueño le hizo descender El Trevi cuando le dijo:
-- Perdona que yo no meta un
duro en ese proyecto, Pablo, pero es que no soy aficionado a perder el dinero...
Hay que tener mucho dinero
para poder practicar la afición de perderlo. Con dinero, cuando parece que tienes la
afición de perderlo estás en realidad ganándolo, léase fundaciones culturales de los
bancos y de las grandes empresas. Aquí la que prima es la contraria: la afición a no
pagar. Los hay virtuosos de esta afición, y llegan a sus estadios más avanzados, como no
pagar ni quemados. Afición que hasta tiene su industria auxiliar, que es la del Cobrador
del Frac. Hay restaurantes de cinco tenedores y deudores de cinco cobradores del frac.
Hasta el propio Estado tiene su Cobrador del Frac, que es la Agencia Tributaria. Los
ayuntamientos tienen el Cobrador del Frac de la recaudación ejecutiva, eso que te fusilan
al amanecer si no pagas el atraso del sellito del coche de 1997. Claro que ningún
aficionado a no pagar como Manuel Chaves. Chaves, que es el nuevo gran señorito andaluz,
ha descubierto que a los señoritos andaluces no les gustaba pagar hasta que recogían la
cosecha:
-- Niño, apúntamelo, que ya
me pasaré por aquí el año que viene, que tengo saca del corcho...
Aunque Chaves tiene
todos los años saca del corcho de los presupuestos del Estado, y recogida de la aceituna
de los Fondos Feder, y algodón del Fondo de Compensación, y su cortijito tiene un
presupuesto de casi dos billones de pesetas, ha cogido la afición señoritil de no pagar.
A Javier Arenas de momento le debe 25.000 millones de pesetas de Seguridad Social. ¿No
tienen deudas todas las empresas con la Seguridad Social? Pues la mayor empresa de
Andalucía tiene la deuda que le corresponde. Lo malo es que con la mitad de lo que debe
Chaves se hacía el segundo puente sobre la bahía de Cádiz, se llevaba el Ave a Málaga.
Pero no lo llevaba él, claro. Por eso no paga ni quemado. Arenas ha bajado esta semana a
su tierra vestido del Cobrador del Frac para decirnos que no solamente son malos
administradores, sino peores pagadores. Para que se hagan una idea de lo que debe Chaves:
Chaves debe más que Jesús Gil. Chaves debe hasta de callarse. |