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Al igual que Cruzcampo, Ecovol ha sido vendida a
una multinacional de la alimentación |
A este paso, un día nos despertaremos y en el bar del desayuno nos
dirán:
--¿Sabes que Lele Alvarez Colunga le ha
vendido la CEA a una multinacional?
Yo no sé si en bloque y del tirón, pero a
la Confederación de Empresarios de Andalucía la están comprando los extranjeros por
parcelas, y será pronto a este paso la CEC: Confederación de Empresarios del
Coñosumare. Lo que no lo compra una empresa francesa es porque lo compra otra inglesa. El
Efecto Cruzcampo se sigue cumpliendo, que ya saben cuál es: cuando un empresario está
hasta aquí, a dos velas, le pide una subvención a la Junta, por el supremo argumento de
que está en juego el pan de muchos padres de familia. Y cuando la empresa va bien, coge,
le pega el pelotazo y a los padres de familia que les den por saco, que está en juego su
casa de Sotogrande, su yate, su ganadería de bravo y su carretela para enganchar en la
feria.
De otros podía esperármelo, pero de
Valentín, nunca. Ya saben: Valentín Alvarez Vigil, que se escribe Valentín Alvarez
Vigil y se pronuncia Valentín el de Ecovol. Toda Sevilla, en plan venid y vamos todos con
flores a María, se solidarizó con Valentín cuando se quemó Ecovol, porque
considerábamos aquello como un enclave de lo nuestro, como baluarte invencible contra las
multinacionales de la alimentación, pon, pon. Que si quieres arroz, La Cigala también la
compraron unos de por ahí, Valentín. Valentín ha pegado el pelotazo y en Ecovol se ha
cumplido el Efecto Cruzcampo. Pidió ayudas cuando aquello salió ardiendo y ahora ha
pedido un taxi para salir corriendo con el dinero que ha cogido del pelotazo. Dinero bien
ganado, sudado durante generaciones, que conste. Dinero empezado más que honradamente en
un mostradorcito de la calle de la Feria, que suena a romance del Padre Cue, pero
vendiendo los garbanzos para el puchero a las marías. Por eso da más coraje todavía,
que venda a los franceses quien durante tanto tiempo fue roneando de que aquello era una
empresa netamente sevillana y que era "la familia que compra unida". Y la
familia que vende a los franceses, Valentín, ¿es también netamente sevillana? ¿Está
unida la familia que pega el pelotazo?
Lo más triste es que todo el sector
andaluz de la alimentación está con los ojos golositos por estas operaciones. Tras el
pelotazo de Eustasio Cobreros con otros tíos del coñosumare, me encontré un día con mi
admirado y trabajador Manolo Barea, el heredero del baby y de la tenacidad de Barea
Senior, el del bacalao de la calle Imagen, y le dije:
--- Barea, por Dios, tú no vayas a vender
a una multinacional...
-- Pues mira, Antonio, si vienen con el
dinero...
Con el dinero vinieron y vendió hasta el
sevillano Antonio Muñoz, que era el virrey de Cádiz con su Hopercádiz. Vendió
Cobreros, vendieron los señoritos de Cruzcampo... En ese escalón, pues, tengo
completamente perdidas mis esperanzas. Así que me dedicaré al escalón inferior, que es
el que por el momento permanece virgen. Por favor, Juan Robles, no vaya usted a vender su
emporio del tapeo a una multinacional... Rogelio Gómez, por nuestra Piedad del Baratillo,
no vayas a vender La Flor de Toranzo a unos franceses. No por nada, sino porque vamos a
tener que pedir lomé en mantequé y eso no pué sé...
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