Las
carteras de cuero para llevar los libros al colegio. Jugar
al trincarro. Los pañitos de croché debajo de una muñequita
de Marín vestida de flamenca encima del televisor con UHF.
Los pañitos de croché en el respaldar y en los brazos del
sofá tapizado con escai de Cuerotex. La segunda sesión en
los cines de verano. El colegio Nuestra Señora de los
Ángeles en la calle Maestro Arrieta. El obrador Virosta en
la misma calle. Las tizas cuadradas de colores. Las muñecas
de Famosa se dirigen al portal. Cuando el brandy de Jerez se
etiquetaba y anunciaba como coñac: "Coñac Decano, Caballero,
qué coñac"; "Coñac Fundador, está como nunca".
Alfonso Maceda, dueño de la Bodega Sierpes, más conocida
como El Bar de los Pollos, en la calle Azofaifo, artífice de
la llegada de estos pollos asados a Sevilla desde la Feria
del Campo de Madrid. Los bailes al aire libre en los que
fueron comienzos del Club Náutico de Sevilla en el muelle,
con un picú comprado en Casa Balbuena. Plisados Quero de la
calle Alonso el Sabio, antes Burro. Los vagones metálicos
donde traían las mercancías a la tienda de Las Siete Puertas
en Puente y Pellón, entrando por su accesoria de la calle
Cedaceros. Los prostíbulos de Escarpín, con algunas de sus
mujeres llorando como Magdalenas cuando quemaron El Buen
Suceso. Zapateros remendones en portales de las calles Ortiz
de Zúñiga, Lagar o Alhóndiga. La mercería El Carrete en la
Alcaicería. Papelería Llorca en la calle Pérez Galdós. La
fachada del teatro Álvarez Quintero convertida en una
perfecta reproducción en madera del puente sobre el río Kwai,
para el estreno de esa película. El Cine Imperial y sus
cuádrigas recortadas de Ben Hur. Las chinches del Cine
Esperanza.
La droguería de Paco Pareja en la calle Castilla, frente al
Triana Cinema. En la calle Castilla, y en el trozo de
Chapina a la puerta del Mercado de Triana, había cuatro
droguerías: la de Chapina, que se llamaba La Peregrina;
frente a la calle Procurador estaba la de Antonio Milla;
frente al cine, la de Paco Pareja, y junto a la puerta del
Mercado, la de Reina.
Angelito el Guarnicionero de la calle Adriano. La Hoja del
Lunes. El autobús de Los Amarillos pasando por el Fielato
junto al campo del Betis. El manifiesto de los toros de las
corridas de Feria en la Real Venta de Antequera. La zarzuela
de mariscos de la pescadería Málaga en la calle O'Donnell.
Las gambas con gabardina de la Venta Ruiz. La fábrica de
SACA en la carretera de Bellavista. La fábrica de Uralita.
Venancio, el cobrador de Los Amarillos, que para cerrar la
puerta decía: "Vámonos que nos vamos". Los maniquíes de los
escaparates de Pedro Roldán en la Plaza del Pan. La
taquillera del cine de verano: "Niño, que esta película no
es tolerada, que se lo digo a tu madre". "Veintidós abriles
tengo" en el Teatro Alvarez Quintero con Isabel Pantoja. El
padre Estudillo de vuelta de La Flor de Toranzo por la
Avenida, camino de su casa en el Colegio San Miguel, que en
sus tarjetas de visita estaba en la "Avenida de Queipo de
Llano, actual Constitución". Lo para al final un mendigo y
le pide limosna. Según parece, le dio poco: "Ojú, padre, ¿ná
más que esto?". Y Don Federico le contestó: "Otro día ponte
al principio, que a esta altura de la Avenida..." El cine
Palmera. "Pruebe Yemas el Ecijano: casi tos parman". "No se
droguen con Yemas El Ecijano". Radio España Independiente,
estación pirenaica. Radio Tirana. Radio Moscú. Los Sábados
del Macarena. "Niño, vete por cisco". La academia Milagritos
en Heliópolis. La cadenita del pito del Padre Miguélez. Don
Agustín Yeyé. El Foca. "¿Y por qué has llegado tarde? Porque
me ha cogido el autobús saliendo los soldados de
Artillería". (Redactado con recuerdos enviados por los
lectores al correo:
[email protected] )
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