Shroeder, paseando por Puerto Banús

Los hay que ponen un circo y le crecen los enanos y los hay que se quedan con el traspaso de Los Enanitos Toreros y les sale un equipo de baloncesto que ni el Caja San Fernando. De estos últimos es José Núñez Castain, consejero andalucista de Turismo del gobierno de coalición de la Junta de Andalucía, que es como no lo presentan ni quemado en los informativos de Canal Sur Televisión, en esa fagocitocis que hacen los chavistas de los éxitos ajenos. Cómo será lo de José Núñez, que su nombre tiene ya eso tan andaluz de que se escribe de una forma y se pronuncia de otra. Se escribe José Nuñez Castain, y como Castain tiene castaña, se pronuncia Pepenuñez.

Nuñez ha hecho unas campañas de promoción de Andalucía como meta turística muy hermosas y bien diseñadas. Le ha puesto el logotipo de Andalucía hasta al cuello de sus camisas, y es porque Nuñez está comprometido con la riqueza turística hasta el cuello. Igual que otros se bordan en las camisas la corona de duque, Nuñez se ha bordado el logotipo de consejero efectivo en una Andalucía subsidiada, donde su Consejería es la raya en el agua de la iniciativa privada y la creación de riqueza sin poner la mano en los Fondos Feder, en las colas del paro o en las ventanillas de las subvenciones. A veces Dios da pañuelos al que tiene mocos, y tal ha sido el caso de Nuñez. Por si fueran pocas sus iniciativas turísticas en favor de Andalucía y en defensa de la hostelería como fuente de creación de riqueza, en su trasmallo de propaganda de las playas, de las pistas de nieve y de los campos de golf le entran últimamente los jefes de gobierno extranjero enchampelados. No se acababa de ir Tony Blair con una copa de manzanilla de Sanlúcar para celebrar en Bajo de Guía con Aznar lo del Ulster, cuando le entró Bill Clinton para contemplar la puesta de sol en Granada, aunque aseguran las malas lenguas que se hizo con la picha un lío y creyó que era en Granada donde dijo Jesús Quintero lo de "aquí hay que mamar", de donde vino la Lewinski en el despacho oral. Y no se acaba de ir Clinton de Granada, cuando entra Gerhard Shroeder por las puertas de Marbella, por las puertas que por la parte de Estepona y por la parte de Fuengirola puso Jesús Bigil (Gil y Gil es Bigil). Shroeder comiendo jamón serrano y haciendo el elogio de Jabugo y de Cumbres Mayores; Shroeder de compras por Puerto Banús; Shroeder en mangas de camisa cuando media Europa tirita de frío y la otra media está incomunicada por la nieve es un cartel de Andalucía que ni a soñar que se hubiera echado Nuñez le hubiera salido mejor. Los pocos sitios libres que dejen los ingleses que vengan a ponerse morados de manzanilla tras ver a Blair, o los americanos de la granadina puesta de sol de Clinton, serán ocupados por los alemanes que sigan los pasos de su canciller. Y verás cuando Boris Yeltsin descubra las papas tan simpáticas que se pueden coger con el brandy de Jerez, dónde va a ir a parar la botella de vodka...

Está muy bien ademas el ejemplo del canciller alemán porque compensa el mal ejemplo del Rey de España y del presidente del Gobierno de España. No se acaban de enterar, ye, ye, que en Andalucía está la estación de esquí más meridional de Europa. Manque este año esté chunga de nieve, ésta es la hora en que los andaluces no hemos visto aún un fin de año de Don Juan Carlos o de Aznar en Sierra Nevada. ¿ A que va a tener que venir un Rey europeo a Sierra Nevada para que dejen de dar por saco a los andaluces con tanto Baqueira Beret allá donde encima dice Marta Ferrusola que aquello no es España?