La
Academia Mercantil Sevillana en la calle Luchana. La fábrica
de sedas de Santiago Pérez en Miraflores. La fábrica de
hilos de Antonio Gutiérrez en la Puerta Osario. La Banca
Borrero en la calle Zaragoza. Los almacenes de madera de
Ramos Catalina. La Papelería Mirman en la calle Rioja: su
propietario era profesor de Francés en la Escuela de
Comercio de la calle Madre de Dios. La tienda de
ultramarinos de Valentín Alvarez en la calle Feria, origen
de Ecovol. El Bar La Alhambra en la Cruz Verde. La fábrica
de tapones corona de Moisés Jiménez en la calle Parras. La
berlina del doctor don Antonio Cortés Lladó. La Casa de
Socorro de San Lorenzo, en la calle Martínez Montañés. El
coche de caballos del doctor Sebastián Vizcaya.
El Canódromo lindando a la izquierda de la piscina La Playa
en Los Remedios. El primer Club Náutico en el Muelle de la
Paja. La primera travesía a nado del Guadalquivir desde el
puente de Alfonso XIII al puente de Isabel II organizada por
el Club Natación Sevilla de la calle Trastamara. El tiro
olímpico nacional en el Campo de La Pastora. El tranvía
tirado por mulas, ya electrificado, en el que nadie quería
montarse por imaginarse que estaba tirado por el demonio; y
que conduciéndolo don Emilio Moeckel consiguió que fuesen
las trabajadoras de la Fábrica de Tabacos las primeras que
se montasen... y sin cobrarles. Franz Johan, Gustavo Ree y
Herta Frankel con su perrita blanca en el Teatro San
Fernando representando "Luces de Viena". Los Niños Cantores
de Viena en el Teatro San Fernando. La peluquería Walter en
los altos del Britz en la calle Tetuán esquina a Rioja. La
fábrica de cartones de don Agustín Berrio en la calle
Recaredo. Los detentes de la guerra civil: en el anverso
bordadas las cuarto banderas de España, Italia, Portugal y
Alemania; en el centro, un corazón sangrando; en el reverso,
la leyenda "Detente, el Corazón de Jesús está conmigo".
El Cine Regina. Las tiras de cartón de los triquitraques.
Los regadores del Ayuntamiento baldeando las calles. Cuando
al descansillo de la escalera se le decía "masetilla". La
venta de colonia a granel en las perfumerías, con el
embudito. Cuando se vendía la leche en las cántaras de
aluminio en las lecherías. El papel secante. El papel carbón
de calco. La academia de mecanografía de la calle Sierpes
esquina a Almirante Bonifaz. En la esquina opuesta, la
minúscula tienda de Herrera el de las Plumas.
El padre Martín Sarmiento dando clases de Literatura a las
niñas del colegio de la Doctrina Cristiana de Heliópolis. La
estación de autobuses de Damas en los Almacenes del Rey de
la calle Arjona, donde ahora está Mercedes Benz. El Garaje
Andaluz. El pub Sancho en la Macarena. El mini-zoológico del
Parque, cerca del estanque de los patos. Los cursillos de
natación en el polideportivo de Chapina. El polideportivo
universitario de la Macarena.
El Hotel Guitarra, en El Tardón. El Canódromo de
Rochelambert. El cortijo de El Guajiro en la calle Salado,
donde se dieron a conocer los Hermanos Reyes y los Hermanos
Toronjo. Las casas de los presos en la calle Salado. Las
paradas de alquiler de carrillos de manos y después de
triciclos de reparto, para terminar en los isocarros que
daban portes. El Bar Betis, que después fue el Bar Puerto,
en la calle Betis. La Escuela de Aeromodelismo de la calle
Betis número 3. "¡Anda, los donuts...! ¡Anda, la
cartera...!". Colgate, el mal aliento combate. Ay, ay, ay,
que me sabe a Calisay. El magnetófono Phillips de casés que
empezaron a vender en la Casa Ultra Radio de la calle
Sierpes. Acudir los chiquillos a besar la mano al sacerdote
que veían pasar cuando estaban jugando en la calle. La
vainica y el punto de cruz que las niñas aprendían en el
colegio. (Redactado con recuerdos enviados por los lectores
al correo:
[email protected] )
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