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Pimentel piensa traer jornaleros marroquíes |
Ya saben la historia. La señora que decía que en España no somos
racistas. Hasta que le preguntaron qué ocurriría si su hija le dijera que se iba a casar
con un gitano. A lo que respondió: "Pero mi hija, que es una persona digna, ¿cómo
se va a casar con un gitano?"
Con los negros pasa igual. En España no
hay problema racial por una sencilla razón: porque no hay negros. Y para los que hay,
España es tan antirracista que les busca unas magníficas colocaciones en los anuncios,
de negritos de la canción del Colacao, o en el Betis, para que remonten el partido frente
al Atlético de Madrid. Como antes, cuando llegó Antonio Machín lo dejamos vender
cucurruchitos de maní con sus maracas. Ahora Machín estaría colocado de vendedor de
"La Farola" en un semáforo.
En cuanto a los moros, lloramos muchísimo
cuando en el telediario sale la patera del día, pero no hacemos preguntas acerca de lo
que ocurre a los marroquíes si no se han ahogado en el Estrecho y son detenidos por la
Guardia Civil en alguna carretera de Cádiz hacia Chiclana, camino sembrado no
precisamente de flores. Somos tan tolerantes que a los moros ahora, en vez de ponerlos
derrotados a los pies del caballo blanco de Santiago Matamoros, los ingresamos en cómodos
e higiénicas albergues de acogida hasta su repatriación a la dictadura alauita. Hombre,
y no digan que somos racistas con los moros. Ya vieron la consideración que le dimos a
Emilio el Moro cuando cantaba aquellas cosas tan graciosas, o los discos tan bonitos que
graba El Lebrijano con la Orquesta de Tetuán.
Por eso dice usted muy bien, señora: que
cómo vamos a importar jornaleros marroquíes cuando tenemos no sé cuántos millones de
parados. Aquí somos muy tolerantes y muy antirracistas con los moros... hasta que
Pimentel dice que los va a traer a la fresa. Nos olvidamos de cuando éramos nosotros los
que íbamos a la vendimia de Francia o a limpiar letrinas en Alemania, y es natural,
porque ya somos primera potencia de la Unión Europea y, además, blancos y católicos.
Nuestros negros pueden ser los marroquíes, de ahí que al anuncio de la importación de
jornaleros del Magreb media España haya hecho un ropón de Ku Klux Klan con la túnica de
nazareno del Jueves Santo. Como decía una señora de Sevilla que no es en absoluto
racista, porque le dan mucha pena los negros:
-- ¿Y tanto se vende "La Farola"
que Pimentel hasta va a tener que importar marroquíes...?
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