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Maragall ha inventado la clonación de los votos |
Si no nos dan la Medalla Mundial de la Tecnología Electoral es
porque esa condecoración no existe, pues cada día nos la ganamos a pulso. Un español
fue el que dijo que "el mejor destino de las urnas es romperlas", burrada que
mejoramos cada lunes y cada martes. Son los que dicen que "el mejor destino de las
urnas es llenarlas de votos al precio que sea, y por el procedimiento que fuere".
Para llenar las urnas de votos se suben las pensiones, se pagan viajes a Benidorm, se pone
barra libre de Viagra y de cambio de sexo, lo que sea, "que no farte de ná",
niño, convida aquí a estos señores. "En época de elecciones extrema tus
atenciones", decía el viejo lema que diariamente mejoramos. Y el que venga atrás,
que arree con los gastos demagógicos.
Parecía que después de la demostración
senatorial de voto con los pies, a cuatro patas, de Joaquín Galán y de Gaspar Zarrías,
y tras los altos rendimientos conseguidos por este último en las primarias de Jaén por
el clásico procedimiento del pucherazo con el añadido a lo Natalio Rivas de
"Gasparico, Gasparico, colócanos a tós", España había logrado ya
cotas insuperables en tecnología electoral. Estábamos muy equivocados. Como Cataluña
(perdón, Catalunya) es siempre la avanzada en la aplicación industrial y comercial de
las nuevas tecnologías, Pascual Maragall ha superado todas las marcas. Ha triplicado el
número de votos que Borrell y Almunia, dos obsoletos en tecnología, sacaron juntos en
las primarias del PSOE. ¿Cómo? Muy fácil, por el Método Maragall, también llamado el
Sistema Dolly, que es la clonación de votos, la implantación del voto transgénico.
Casi 60.000 ciudadanos contribuyeron con su
voto a designar a Pascual Maragall candidato a la presidencia de la Generalitat en las
primarias del Partido de los Socialistas de Cataluña (perdón, Catalunya) . Pocos me
parecen. Porque gracias al Sistema Dolly, Maragall no sólo obtuvo el apoyo de 15.000
militantes del PSC-PSOE, sino también el de 13.000 simpatizantes del partido y el de más
de 30.000 ciudadanos, que ni eran del partido ni nada de nada, sino que pasaban por allí
y que entraron a votar. ¿Cómo se controlan las listas de los señores que no son del
partido, ni simpatizantes, ni nada, sino tela de aficionados a votar? ¿Quién impide que
estos señores voten dos, tres, cuatro veces, porque los hay con tanta afición que ven
una urna y se lían a meter papeletas como los locos... o como Gaspar Zarrías?
Dicen los partidarios de Maragall que va a
derrotar a Pujol en la presidencia catalana. Pues naturalmente. Basta con seguir empleando
hasta el infinito el Sistema Maragall-Dolly para clonar votos transgénicos. Eso de la
victoria de Maragall está hecho. Eso coge Gaspar Zarrías veinte autobuses en Jaén y
verá usted cómo le deja la mayoría absoluta, que da gloria verla. Cuando le pregunten
por la causa de su victoria, Maragall podrá decir como Rafael el Gallo cuando unos
señores lo saludaban por la calle y le preguntaban quiénes eran: "Unos
partidarios..."
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