Arenas, rezando ante la Esperanza Macarena

Querido Javier Arenas: monstru, que eres un monstru, como decía nuestro Beni de Cádiz... Yo sabía que eras campeón de El Mundo mundial, pero no sospechaba que fueras también campeón de El País mundial. Cómo te tienen que ir de bien las cosas en la calle Génova entre los genoveses y en la gran calle de Alcalá de España, niño, que hasta Polanco te lo reconoce y te saca en hombros por la puerta grande de la portada del domingo. Dice el barómetro ( no sé, Javier, si el barómetro de Demoscopia o el barómetro del Fraile Polanco), que aunque González va en BMW hacia la casa que se ha comprado por allí por la sierra de Cádiz, por tu Olvera natal, el PSOE no le ve ya al PP ni la matrícula. Os dan el 27 por ciento de intención de voto, casi 8 puntos más que al PSOE, qué borrachera de puntos, hijo, con la falta que le están haciendo esos puntos a tu Sevilla F.C. de tu alma... Bonito número el 27. Veo que ni jóvenes leones, ni empleados menores de 40 años ni nada: compruebo que al PP ha llegado la Generación del 27. Del 27 por ciento de la intención de voto, que en papeletas contantes y sonantes tiene que ser, Javier, por lo menos un dígito con el 4 por delante.

Yo me creía que el otro día ibas a pedir la divina protección de esa Virgen de la Macarena de cuya cofradía eres hermano, pero qué equivocados estábamos todos.. Resulta, Javier, que a la Macarena no ibas a poner dos velas, tú nunca estás a dos velas. Ibas a dar las gracias, porque como las encuestas no tienen tela asfáltica, seguro que te habían filtrado que vais de mayoría absoluta y de marcha triunfal de Aida. Pero ten cuidado, picha. Mucho cuidado. He recordado lo que cuenta Borbolla de Churchill. Aquel inexperto nuevo diputado conservador que cayó al lado del viejo león en su primer día de Cámara de los Comunes y dijo a Sir Winston, señalando a los bancos de los laboristas: "Qué alegría, estar aquí a su lado, con el enemigo frente..." "No se confunda, joven --replicó Churchill--; los que tiene usted frente son los laboristas, que son sus adversarios. Los enemigos los tiene usted aquí detrás, en su propio partido". Ten en cuenta a Churchill, Javier. En los partidos suele ser muy peligroso asomarse al exterior de la portada del boletín de la cofradía de Jesús del gran poder. Lo que tienes que pedir a la Macarena ahora es que le dé temple a tu señorito Aznar para que sea tan generoso que sepa perdonarte el éxito. Porque lo tuyo ha sido llegar y pegar. Si en una semana mal contada de secretario general del partido aventajas ya en popularidad a tu señorito, a Borrell, a Pujol y a Arzalluz, de aquí a las municipales te vas a salir de las encuestas, hijo.

Con tu padre y tu suegro, Javier, fue el único que no te llamó para felicitarte por lo del partido, sino para darte el pésame por la cartera y los donuts de Trabajo. Ahora seré probablemente el único que no te felicita por el barómetro del fraile, sino que te digo que cuidadín, picha, que el cirio es corto y la procesión, larga. Y además, que me han dicho que ya se comenta por Algodonales que Aznar no tiene ninguna afición a que nadie lo mande a los albañiles.

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