 |
El ministro de Defensa, Eduardo Serra, es el mayor
latifundista de Andalucía |
Uno de los tópicos más lindos que tenemos es el de la sociedad
civil. ¿Qué es lo contrario de la sociedad civil, para que se alardee tanto de ella?
¿La sociedad religiosa? Eso es, según los casos, una cofradía de penitencia, una
hermandad del Rocío, un colegio de monjas o un convento de frailes, como el de Córdoba
donde Antonio Gala ha presentado su último libro disfrazado de Chabela Vargas, todo el
año es Carnaval, qué pedazo de tipo, Antonio, hijo... Te coge en Cádiz Pepi Marzo y te
da la Aguja de Oro... ¿Es lo contrario a la sociedad civil la sociedad militar? La
sociedad militar no existe. Una sociedad militar es un batallón, un regimiento, un
escuadrón, una escuadrilla, la dotación de un buque. Otra cosa. Ahora no tiene mérito
hablar de la sociedad civil, porque estamos en ella. Cuando tenía mérito era cuando los
militares mandaban en España. Ahora les han hecho siete (mil) leyes Azaña una detrás de
otra y han ido tragando; pasamos de la dictadura militar a la dictadura civil.
El mejor símbolo de que estamos en una sociedad civil es
ese pelotazo urbanístico, generalizado en las ciudades andaluzas, que aún no tiene
nombre, y que yo llamaría el cuartelazo. Desmiento solemnemente que el mayor
propietario de suelo en Andalucía, entre rústico y urbano, sea Nicolás Osuna. En
Andalucía siempre tenemos que estar bajo el dominio de la Casa de Osuna. Antes, en los
latifundios del Duque de Osuna; ahora, en los latifundios de Nicolás Osuna, nueva
versión de la Casa de Osuna. Que no es la mayor propietaria de terrenos en Andalucía. El
gran latifundista de Andalucía es Eduardo Serra, el ministro de Defensa. Media Sevilla es
suya. Medio Cádiz es suyo. Media Huelva es suya. Y así sucesivamente. En Cádiz,
Teófila Martínez le arrebató a Serra el Castillo de Santa Catalina como Guzmán el
Bueno conquistó Tarifa, y hasta le tiró un cuchillo, toma, para que abras las cartas que
te pone Perico Rodri preguntando qué hay de lo suyo, o los escritos que te manda Soledad
Becerril diciendo que le sueltes Tablada, que le sueltes Pineda, que le sueltes la
Pirotecnia, la Fábrica de Artillería y los territorios que se llamaban tan bellamente de
Las Carolinas.
Todas las capitales andaluzas están bajo el síndrome del
cuartelazo. Del "todo por la Patria", al "todo por la pasta", como el
título de aquel programa de Antena 3 en los tiempos de Pepe Oneto. Madre mía, si estos
cuartelazos llega a cogerlos el PSOE en sus buenos momentos de los maletines, la que se
hubiera liado. Pero no desesperen. Un duende de Sevilla me ha dicho que estos antiguos
dominios de Serra, si estuvieran en Internet, se llamarían pineda.trin.com y
tablada.trin.com. Como es cosa de cuarteles, ya están los furrieles poniendo el cazo, y
hasta periódicos que se las dan de coñonraos andan mediando en los pelotazos de los
cuartelazos. A los autoproclamados de izquierda se les va la fuerza de la boca largando
contra la reprivatización de las empresas publicas y se les está yendo viva esta nueva
Desamortización, donde las manos muertas han sido sustituidas por las vivísimas manos de
los trincones y los especuladores a la sombra del poder.
Espero que la política de reprivatizaciones de Defensa se
quede en las ciudades. Porque no se dice que gracias al Ejército se han mantenido
vírgenes territorios hermosos de Andalucía. Pienso en los polígonos de tiro del
litoral, pienso en la playa de Camposoto. No quiero ni pensar que Eduardo Serra, cuando
acabe con los cuartelazos urbanos, empiece por los cuartelazos rústicos y playeros...
|