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                    | Arenas, rezando ante la Esperanza Macarena | 
                   
                 
                En la Andalucía de las jachas
                largarán tela contra Javier Arenas, porque lo primero que ha hecho en Sevilla al llegar
                por vez primera y oficialmente como secretario general del PP ha sido ir a la Macarena, a
                postrarse a pies de la Virgen. ¿Dónde va a ir? ¿Va a ir a San Judas Tadeo, patr ón de lo imposible? ¿Va a ir a San Pancracio, si
                San Pancracio es el patrón de los parados y ese negociado pertenece ya a Manuel Pimentel?
                Arenas ha ido adonde tiene que ir. Lo único que siento es que como Arenas, aunque de
                derechas, tiene tanta mano izquierda, para rodillazos ante las Vírgenes andaluzas no va a
                ganar. Si en Sevilla ha ido a postrarse ante la Macarena y a pedir su divina protección,
                que falta le va a hacer por aquí abajo, me imagino que cuando llegue a Granada, para que
                los granadinos no sientan agravio comparativo a lo divino, lo primero que hará será ir a
                rezar a la Virgen de las Angustias, e incluso echará un cominito con Fray Leopoldo de
                Alpandeire. Cuando llegue a Cádiz, como a Cádiz no le llaman Cádiz, que le llaman
                relicario, pues ya me estoy viendo a Javier Arenas en la iglesia de Santo Domingo,
                llevándole nardos a la Virgen del Rosario de parte de la gaviota del PP, que en Cádiz es
                la gaviota caletera de Teófila Martínez. Así sucesivamente, ya me lo estoy viendo ante
                la Virgen de la Cinta, ante la Virgen del Mar, ante la Virgen de la Merced. En el PA hay
                uno que se llama Mariano Pérez de Ayala, pero el mariano de verdad es Javier Arenas.
                No es ojaneta de la Barqueta ni ojana de
                Churriana la devoción de Arenas por la Macarena. A la basílica no ha ido un secretario
                general del PP, sino un hermano de la cofradía, que es una cosa muy distinta. Un hermano
                de la cofradía que está casado, además, con una señora como una casa (de hermandad)
                que se llama Macarena. Arenas nunca ha ocultado sus adscripciones y filiaciones en la
                división de mitades de Sevilla: es macareno y es currista. 
                -- Y sevillista, maestro, y sevillista...
                --me apunta Antonio García Barbeito, mi pareja de cirio en esta Cofradía de la Columna. 
                -- Sí, tocayo --le respondo hasta
                Aznalcázar por el teletipo de las amapolas del currismo--. Algún defecto tenía que
                tener... 
                Está muy bien que Arenas no oculte ni su
                macarenismo, ni su sevillismo, ni su currismo, . Los otros se lavaban la cara de Sevilla
                con el Betis, pero luego eran agnósticos y de Antoñete, y éste da la cara de las señas
                de identidad. Dicen que el PP va hacia el centro... Eso será en Madrid. En Sevilla, de
                momento, va hacia la Macarena y hacia Nervión y acompaña en el currismo al socialismo de
                las esencias de Amparo Rubiales. Arenas en la Macarena es una rima que la coge Aurelio
                Verde y no veas las sevillanas electorales que le hace a Javier. Ya he dicho por ahí
                arriba que falta le va a hacer la divina protección de la Madre de Dios. Desplazar en
                Andalucía al PSOE es algo que el PP de Javier Arenas sabe que no puede hacer sin la
                protección de la Virgen. Echar a Chaves de San Telmo, un poner, no sería una victoria
                electoral: tal como están las cosas en la Andalucía subvencionada, sería un milagro de
                la Macarena. 
                Claro que grande es Dios en el Sinaí y
                grande su Madre junto al Arco. Estando Arenas en la basílica, un armao con carné del
                PSOE entró a rezar, y al verlo allí en el reclinatorio, le dijo a la Virgen: 
                -- Macarena, no le eches cuenta. Tú a lo
                tuyo...  
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