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Julián López "El Juli" |
A un poeta que colgó la lira y se gana la vida como publicitario se le
ocurrió un día hacer bajar la jota de Aragón a Huelva y utilizarla como medida de
calidad de los jamones, cual las estrellas de los hoteles o los tenedores de los
restaurantes. Antes, cuando decíamos "cinco jotas", no había duda: era que nos
referíamos a una fiesta medio regularcita en Zaragoza. Ahora, cuando decimos cinco jotas,
la duda es si lo queremos en lonchas o en tacos. Reflejo de España como dijo Ortega
(Gasset, no El Gallo), la fiesta nacional también está bajo el influjo de las jotas. Los
tiempos más gloriosos del siglo estuvieron dominados por las dos J de José y Juan,
Gallito y Belmonte. En los presentes, ha pasado de la J de Jesulín a la J de Juli.
Gracias a Dios.
Siempre hay un bailarín que llena los
teatros de indiferentes por el flamenco. Antes se llamaron Antonio Ruiz Soler o Rosario y
ahora se llaman Canales o Sara Baras. Siempre hay un cantaor que hace comprar discos a los
que no les gusta el flamenco. Fue Camarón y ahora es Niña Pastori. Y siempre hay un
torero que llena las plazas hasta la bandera de gente que no es aficionada. Fue Manolete,
fue El Cordobés, fue Paquirri, fue Jesulín y ahora es El Juli. Ahora, que entre las dos
jotas, me quedo con El Juli. No es lo mismo un niño (Julián) que un niñato (Jesús).
Las españolas que se quitaban el sujetador y se lo tiraban a Jesulín son las madres
españolas a las que ahora les dan ganas de llevarse al Juli a casa, qué lástima de
hijo, con lo chico que es y delante de esos toros... Con Jesulín todas querían ser
novias del torero con las bragas en la mano. Con El Juli, todas quieren ser madres del
torero. "Julián, que tiés madre" . Hemos ganado bastante.
Es altamente saludable que en cuestión de
jotas, España haya pasado de Jesulín al Juli. Con el ocaso del jesulinismo, parece que
se va (ojalá que para siempre) la España soez, chulesca, del "estáis toas mú
güenas". Jesulín era la España del felipismo, donde todo valía y donde siempre
nos endosaban a un hermano. Nos endosó dos: un hermano novillero y una hermana empeñada
en ser modelo por narices (operadas). Una España zafia, del pase de la tortilla (con dos
huevos), que ha tenido su culminación en el pueblo de Janeiro, donde el Ubrique F.C.,
para sobrevivir, ha organizado la rifa de una noche de motel con una "modelo".
Las feministas protestaron. En vista de lo cual, lo han empeorado. Ahora rifan una caja de
Viagra... y que cada cual se las apañe como pueda. Jesulinismo puro, "güenas, que
estáis toas mú güenas". Espantosa España.
Una sentencia de ole dijo el otro día que
el currismo es una forma de entender la vida. Otra sentencia podría decir que el
jesulinismo es una zafia forma de convertir la vida en una ordinariez de ton, ton,
"Tómbola". Tendrá que venir una tercera que nos diga qué es este nuevo
fenómeno social que es el julismo. De momento, España se ha llenado de puretonas que
quisieran ser madres del Juli. De las madres de mayo argentinas a las madres del Juli,
españolas. Qué lástima de hijo...
--Sí, eso, qué lástima de hijo. Con lo
chico que es... y la burrada de millones que está ganando...
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