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La derecha cambió de Franco y Fraga a Aznar y
Arenas |
Escalante era, ojú, de pegatina con banderita de España en el reloj.
Usted lo está viendo. Escalante es un pequeño empresario de la construcción, virtuoso
del empleo fraudulento y en la obtención de subcontratas por el procedimiento de por
aquí te quiero ver. Escalante era más de Alianza Popular que aquellos Siete Magníficos
que pegaron uno de los petardos más importantes en la historia política contemporánea.
Cagancho salió por la puerta grande Almagro al lado de que como quedaron aquellos ninots
indultats del franquismo que presentó la derecha en el baile de debutantes de la
democracia. Si por Escalante hubiera sido, aquí no se hubiera legalizado el Partido
Comunista ni hubiera habido Título Octavo en la Constitución. Constitución en cuyo
referéndum, por descontado, Escalante votó que nanai de la china.
Como media Alianza Popular y parte de la
otra media, Escalante era de las dos F. Que no le tocaran a ninguna de sus dos F: Franco y
Fraga. Tenía enmarcado en el recibidor de su casa el Testamento del Caudillo y libraba
batallas en la defensa de Fraga cuando iba por los barrios como interventor del partido en
las elecciones:
-- Con todo esto acababa don Manuel Fraga
en dos patadas...
Ni que decir tiene que Escalante,
compromisario del partido en el congreso de la refundación, en 1990, lloró la mañana en
que Fraga rompió la carta de dimisión que le había entregado Aznar. En el barrio le
oyeron decir que don Manuel había entregado el partido a una partida de rojos. Con los
que, naturalmente, Escalante se fue sintiendo cada vez más incómodo. La última vez que
me lo encontré me dijo que ya ni había sido apoderado del PP en la elecciones:
-- Esto está igual que la UCD, lo han
cogido los liberales, ¿y habrá cosa peor que un liberal? Esos son peores que los
socialistas...
Me imagino que al Congreso de Madrid
tampoco habrá ido Escalante de compromisario. Ni Escalante ni los quinientos mil
Escalantes que impedían que el PP pudiera soñar siquiera ser el primer partido de
España. Los que decíamos hace muchos años que una democracia sin derecha defensora de
las libertades era como una paella sin arroz, podemos contemplar el enorme mérito de
aquellos "rojos" que refundaron el partido como funden las campanas. El bronce
de los Escalantes sonaba a campana cascada. Con las dos F no se podía ir por una
democracia. Para mí que éste ha sido el principal logro de los populares. Hacer que los
Escalantes se queden en su casa. Hablaron mucho del cambio de los socialistas. Para
cambios difíciles y necesarios, este cambio de la derecha por el ancho sendero de la
Constitución y de las libertades. Si el cambio era que España funcionase, el cambio de
verdad era que la derecha funcionase sin la losa de Cuelgamuros de las dos F. Un cambio
que no se hizo a su tiempo, en el fin del anterior régimen, y que que hemos visto
venturosamente hecho en el fin del presente siglo. El camino que va de aquellas F de
Escalante a esta A de Aznar y A de Arenas creo que, aproximadamente, es el camino de la
libertad.
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