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"El Probe
Borré", el manijero nuevo, se ha ido, pero el señorito ha vuelto al cortijo |
No se les puede dejar solos, así que menos mal que el señorito ha
vuelto. Gracias a Dios que tenemos al señorito, que no duerme pensando en el cortijo.
¿Qué sería del cortijo si no fuera por el señorito? A los cortijos les va mal siempre
el absentismo de los señoritos, no hay más que leer el libro de Pascual Carrión. Uno de
los grandes males de España fue el absentismo de los señoritos, que no se dejaban ver
por el cortijo, y, claro, así iban de malamente los cortijos. Así ardían las cosechas,
así le entraba al ganado el moquillo y la peste aviar en el gallinero, así surgía la
Mano Negra, porque los jornaleros se apuntaban a la FAI en cuantito que el señorito se
iba a Madrid a ver teatro y a alternar en la Corte.
Pero el señorito se preocupa tanto del
cortijo que miren como ha vuelto, con lo puesto, tal como estaba. Yo creo que no se ha
traído ni el cepillo de dientes, de la bulla con que ha venido el señorito. Estaba
tranquilito en su casa ocupado de la cohesión y de la solidaridad y de esos juegos de
salón en que entretiene su ocio, cuando le dijeron que el cortijo estaba manga por
hombro, que el manijero nuevo que pusieron había pedido la cuenta y se había vuelto al
pueblo, en vísperas de la cosecha, y que la gente andaba rebelada con el encargado de
antes.
Así que como estaba, con lo puesto, el
señorito ha cogido el coche y se ha plantado en el cortijo. Estaba con la camisa vaquera,
se ha echado una chaqueta encima, y se ha presentado en la puerta del cortijo. Mano de
santo. Ni Mano Negra ni nada. El cortijo es otra vez una balsa de aceite, del aceite de
sus propios olivares, en cuanto que el señorito ha vuelto. Qué bueno es el señorito...
Cómo quieren al señorito todos aquellos a los que le da de comer desde hace tanto
tiempo, que algunos, como Manolo el Andaluz, como El Extremeño, llevan en la casa más de
veinte años, desde que el señorito tenía traje de pana en vez de camisa vaquera cuando
se remangaba y venía a crear este emporio de riqueza que es hoy el cortijo.
El cortijo vuelve a estar en paz. Manda el
que tiene que mandar. El señorito. Con su cochazo. Con su camisa vaquera. Y es más bueno
este señorito, que hay que ver con el señorío con que echa las broncas. Otro se hubiera
enfadado, hubiera despedido a la mitad. El señorito no. Es más bueno el señorito... Y
qué poderío. ¿Han visto cómo le ha dicho al encargado, con qué autoridad, pero con
qué delicadeza? "Joaquín, ponme esto en orden..." Menos mal que el señorito
ha vuelto al cortijo.
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